Carlos Tavares, CEO de Stellantis, lleva años destacando el gran desafío que representa la producción de vehículos eléctricos. A pesar de ofrecer una amplia gama de modelos eléctricos, el grupo automovilístico que dirige se enfrenta a costes de fabricación considerablemente más altos en comparación con los vehículos tradicionales.
En ocasiones, Tavares ha denominado a esta disparidad de costes como "el gorila en la habitación", un problema evidente pero poco discutido en la industria. Si bien Stellantis ha logrado compensar parte de estos costes adicionales a través de incentivos y precios de venta más elevados, la compañía está buscando activamente reducir sus costes internos y negociar mejores acuerdos con sus proveedores para hacer los vehículos eléctricos más asequibles.
Una advertencia clara y evidente a la Unión Europea
Carlos Tavares, CEO de Stellantis, compareció este viernes ante las comisiones de actividades productivas y de industria del Parlamento italiano para abordar la actual crisis de ventas del grupo y el estado del sector automovilístico en Italia. Durante su intervención, Tavares destacó el desafío que supone vender vehículos eléctricos al mismo precio que los de combustión interna, ya que, en la actualidad, los eléctricos son un 40% más caros. El empresario atribuyó esta diferencia a la "insostenible" presión que enfrenta la cadena de suministro.
Tavares reconoció que los cambios profundos y rápidos, como la transición hacia la electrificación, pueden generar incertidumbre. Sin embargo, aseguró que Stellantis cuenta con una hoja de ruta clara para gestionar estos cambios y adaptarse a las nuevas realidades del mercado.
El CEO también expresó su preocupación por los elevados costes de producción en Italia, en particular los relacionados con la energía, que, según señaló, son "casi el doble" que en España y otros países donde la empresa tiene fábricas. Esta diferencia representa un reto importante para la competitividad de Stellantis en el país.
En cuanto a las normativas de electrificación de la Unión Europea, como la prohibición de la venta de coches de combustión a partir de 2035, Tavares fue claro al decir que dichas regulaciones no fueron impuestas por la industria, sino por los gobiernos. A pesar de ello, subrayó la necesidad de que las administraciones públicas apoyen el proceso de electrificación, especialmente con incentivos que permitan a los ciudadanos adquirir vehículos asequibles. "No pedimos ayudas para los fabricantes, sino para que los consumidores puedan acceder a coches que estén dentro de su presupuesto", puntualizó.
Los planes de Stellantis para abordar estos problemas
En cuanto a los planes de la empresa, Tavares respondió a preguntas sobre la gigafactoría en Termoli, Italia, un proyecto anunciado en 2021 con una inversión prevista de 30.000 millones de euros hasta 2025. Aunque no detalló la capacidad exacta de la planta, explicó que esta dependerá de la evolución de la demanda de vehículos eléctricos. "Si no hay interés en electrificar el mercado, no se necesitará una gigafactoría. Si el mercado lo demanda, entonces sí será necesaria", afirmó.
Stellantis prevé que Europa podría requerir entre tres y cuatro gigafactorías si se convierte en un mercado completamente eléctrico impulsado por baterías. Sin embargo, Tavares enfatizó que la viabilidad de estas plantas depende directamente de la demanda del mercado. A pesar de los desafíos, el ejecutivo reafirmó los ambiciosos objetivos de la empresa para 2030, entre los que se incluyen duplicar los ingresos y mantener márgenes operativos de dos dígitos.
Stellantis se enfrenta a una importante reestructuración
Stellantis está en plena fase de transformación estratégica, una etapa que coincide con el inicio del proceso formal para designar al sucesor de Tavares, quien tiene previsto abandonar su cargo en 2026. Además, la compañía está llevando a cabo una reestructuración interna para adaptarse mejor a las condiciones del mercado, especialmente tras la desaceleración de ventas en América del Norte.
En este contexto, Stellantis ha hecho cambios clave en su liderazgo. Natalie Knight, hasta ahora directora financiera, será reemplazada por Doug Ostermann, mientras que Jean-Philippe Learnato, actual director general de Pro One, asumirá la responsabilidad de las operaciones en Europa. Antonio Filosa, por su parte, tomará las riendas de las operaciones en Norteamérica.
Otros nombramientos incluyen a Santo Ficili como responsable de Maserati y Alfa Romeo, y a Gregoire Olivier, quien se encargará de las operaciones en China y mantendrá su rol como enlace con Leapmotor, su socio local.
Con estos cambios y una estrategia clara para afrontar los retos del futuro, Stellantis busca fortalecer su posición tanto en Italia como en el resto del mundo, adaptándose a las exigencias del mercado global sin perder de vista su compromiso con la electrificación y la sostenibilidad.