El Gobierno chino ha conseguido crear en muy pocos años la industria de automóviles eléctricos más grande del mundo, con startups dedicadas a la producción de vehículos electrificados que florecen por todo el país. Los ejemplos más claros, como NIO, son solo la punta del iceberg de una estructura de fabricantes y proveedores que han hecho del Gigante Asiático el mercado más importante del planeta para estos vehículos.
Sin embargo, pese a invertir en ayudas y en el desarrollo de estos vehículos, el Gobierno no ha prestado mucha atención a la seguridad de los vehículos, seguramente el punto más flojo de una industria que está dominando el mundo. Para ello, el ejecutivo chino implementará esta semana un control nacional sobre la seguridad de los vehículos.
Una verdad incómoda
Esta medida puede exponer una realidad incómoda para los vehículos eléctricos chinos, pero es esencial para garantizar el desarrollo sostenible del mercado nacional. En 2009, el Gobierno empezó a repartir ayudas generosas para los vehículos electrificados, unas ayudas que permitieron que, desde entonces, se hayan superado las 2,34 millones de entregas de coches eléctricos e híbridos enchufables en el país. En el acumulado de 2018, las ventas se cuentan por 601.000 unidades, un 88% más que en el mismo período del año anterior. Del total de electrificados vendidos este año, un 75% han sido eléctricos puros. Además, se espera que en 2020 se alcancen las 2,5 millones de unidades vendidas en solo un año en China.
Pese al aumento importante de vehículos de este tipo circulando por sus carreteras, las noticias sobre accidentes causados por los mismos son escasas en el país, siendo la más notoria una de 2012 narrando un choque entre un Nissan GT-R y un taxi eléctrico producido por BYD en la ciudad de Shenzhen, que acabó incendiándose y explotando, causando la muerte de los tres pasajeros. Tras las investigaciones, la policía local y el regulador de calidad de productos de China concluyeron que el conductor del superdeportivo japonés conducía en estado de embriaguez.
No obstante, que no haya noticias no quiere decir que no pase nada. Todos los medios tradicionales en China son afiliados al Gobierno, por lo que son comedidos a la hora de emitir informaciones críticas sobre coches eléctricos. Según informan medios no dependientes del ejecutivo chino, la media de accidentes e incidentes relacionados con estos coches ha ido aumentando a la vez que su cuota de mercado. Por poner algunos datos, el Instituto de Investigación de la Industria de Baterías de Litio GG, una empresa de investigación de mercado de Shenzhen, dice que al menos 37 coches electrificados se han incendiado en China en lo que va de año. Según otra web, el número sería 39.
Ninguna agencia del Gobierno ha investigado este número para confirmarlo o desmentirlo y un creciente número de investigadores de mercado y analistas se muestran preocupados sobre la seguridad de los coches eléctricos chinos. Es por eso que el Ministerio de Industria e Informática ha anunciado que requerirá monitorear la seguridad de sus productos a todas las compañías nacionales que diseñen, produzcan o desarrollen vehículos electrificados. Estas empresas deberán informar al ministerio con los resultados antes del 15 de noviembre. Además, las marcas que detecten unidades incendiadas de sus vehículos deberán denunciar el incidente dentro de las 12 horas siguientes al hecho. Si los accidentes son mortales, solo tendrán seis horas para realizar el anuncio.
El ministerio también se ha comprometido a iniciar investigaciones cuando ocurran estos accidentes con la colaboración de otras organizaciones gubernamentales.