El gobierno de China ha elevado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra los recientes aranceles impuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos chinos, calificándolos de "proteccionismo comercial". Según un comunicado del Ministerio de Comercio chino, emitido este lunes, Pekín cuestiona la legitimidad de estos aranceles, que considera infundados tanto en términos "fácticos" como "jurídicos".
En palabras de un portavoz del Ministerio de Comercio de China, se ha solicitado a Bruselas que "corrija de inmediato sus prácticas ilegales y actúe para mantener la estabilidad de la cadena industrial", en un contexto de escalada de tensiones comerciales entre ambos bloques. En agosto, Pekín ya había presentado una reclamación preliminar tras la aprobación de medidas arancelarias provisionales en julio por parte de la Comisión Europea. La situación ha alcanzado un nuevo nivel de urgencia con la oficialización de los aranceles en el Diario Oficial de la Unión Europea.
El reglamento aprobado por la UE establece aranceles que alcanzan hasta el 45% sobre las importaciones de vehículos eléctricos chinos. Entre las empresas más afectadas se encuentran el gigante automotriz SAIC, que enfrenta una tasa del 35,3% debido a su negativa a cooperar en la investigación de la UE, así como otros productores importantes como Geely (18,8%), BYD (17%) y Tesla (7,8%). Estos aranceles se suman al 10% ya existente para las importaciones de vehículos chinos, y su vigencia está estipulada para cinco años, aunque podrían suspenderse si ambas partes logran un acuerdo.
Pekín mantiene su disposición al diálogo y asegura que ambas partes están llevando a cabo una segunda ronda de consultas técnicas para abordar las “fricciones comerciales”. Sin embargo, las investigaciones chinas sobre productos europeos como brandy, carne de cerdo y productos lácteos continúan activas, lo que evidencia una relación comercial cada vez más tensa.
Por su parte, Bruselas insiste en que el diálogo con China sigue abierto, buscando alternativas a los aranceles mediante compromisos de precios. Según fuentes comunitarias, de llegar a un consenso, los aranceles podrían suspenderse para aquellos fabricantes que acepten las condiciones establecidas.
El conflicto comercial, que afecta a un intercambio anual de aproximadamente 739.000 millones de euros entre la Unión Europea y China, se intensifica en un contexto de presiones y amenazas de represalias en múltiples sectores industriales. Mientras Pekín defiende el uso de canales diplomáticos y consultas técnicas, la implementación de estos aranceles y las medidas investigativas chinas plantean un escenario de creciente tensión en las relaciones comerciales entre ambas potencias.