Primero lo hicieron con Estados Unidos, y ahora China también ha llevado sus quejas hasta la Organización Mundial del Comercio (OMC), en un intento de buscar una solución definitiva a los nuevos aranceles impuestos a los vehículos eléctricos fabricados en el país asiático que quieran entrar en Europa.
Cabe recordar que la nueva tasa, en marcha desde el pasado 5 julio, supone un aumento del 37,6% a las importaciones de coches eléctricos de SAIC y sus marcas (entre las que están MG), del 17,4% para BYD y del 19,9% para Geely. Y en general, a todos los fabricantes que hayan apoyado a Bruselas en sus investigaciones sobres las subvenciones de China se les aplica la tasa del 20%, mientras que, a las que no, se les impone la máxima mencionada, a la que hay que añadir el 10% estándar.
China asegura que se están violando las normas internacionales de comercio
Un escenario que no ha gustado nada a los gobernadores chinos, que llevan ya un tiempo quejándose y amenazando con represalias. Uno de sus últimos pasos fue denunciar ante la OMC que Norteamérica aprobara aplicar una subida de las tasas de derecho de importación hasta el 100% a partir de este mes de agosto (cuatro veces más que antes), aunque el organismo internacional concluyó que había "falta de transparencia" por parte de China en cuanto a las subvenciones que otorgó a los fabricantes locales.
Posiblemente la misma respuesta que obtenga de esta nueva queja formal en referencia a los aranceles que Europa aplica desde hace poco más de un mes, y que son mucho menos duros que los que se han puesto en marcha en Estados Unidos.
El argumento de China es que son medidas proteccionistas que juegan en contra de la industria del automóvil y de la libertad de comercio. Concretamente en Europa, China sentencia que su conclusión "carece de fundamento fáctico y jurídico" y que "viola las normas de la OMC", además de ir en contra de "la cooperación mundial para hacer frente al cambio climático".
Por tanto, piden la inmediata retirada de los nuevos aranceles, que tacha como "errores", de manera que se pueda mantener un cooperación comercial y económica estable entre China y la Unión Europea, así como una cadena de suministro de vehículos eléctricos estable.
La iniciativa europea, sin embargo, parece ser férrea, aunque provisional, porque lo cierto es que en octubre los países miembros tendrán que votar si quieren mantener estos aranceles, o si se modifican o aprueban de forma permanente.
Una decisión complicada, dado que países como Alemania tienen intereses comerciales en la industria del automóvil con China, por lo que cualquier represalia les afectaría directamente.
China podría responder duramente
Pero China también ha amenazada con revisar las importaciones de productos porcinos que llegan a sus país desde Europa, como también las relacionadas con la agricultura y la aeronáutica, que tienen como origen nuestro continente.
Reino Unido, por su parte, ya ha dicho que se niega a imponer estas tasas, y que en su país, al amparo del acuerdo del Brexit, se seguirá aplicando en exclusiva la tasa del 10%. Una decisión que podría convertir el territorio británico en puerta de entrada a Europa de las importaciones chinas, esquivando los recientes aranceles, aunque no sin condiciones, que en todo caso beneficiarían a Reino Unido, donde MG (y SAIC en general) tiene un importancia punto de operaciones.