Los miembros del proyecto de Corredores Ibéricos de Infraestructura de recarga rápida de Vehículos Eléctricos (CIRVE) han firmado este martes en Madrid un acuerdo que permitirá la interoperabilidad de los 40 cargadores rápidos que están dentro de la iniciativa y que, a partir de 2019, estarán operativos a lo largo de corredores que conectarán España con el resto de países europeos.
El proyecto CIRVE tiene como objetivo la implantación de 25 nuevos puntos de recarga rápida en España y la adaptación de otros 15 ya existentes. La iniciativa conlleva una inversión de 3,5 millones de euros y un plazo de ejecución de más de 4 años.
Según asegura el consorcio, gracias a CIRVE y al acuerdo firmado de interoperabilidad se va a permitir "romper importantes barreras de entrada" al desarrollo de la movilidad eléctrica.
Tal como afirman desde CIRVE, el despliegue de la infraestructura de recarga, en carreteras y estaciones de servicio, permitirá a los usuarios de vehículos eléctricos realizar viajes de mayor recorrido, "algo clave para el despliegue masivo del coche eléctrico en nuestro país".
Por su parte, la interoperabilidad facilitará el uso la infraestructura, ya que permitirá a cualquier usuario recargar y pagar en cualquier punto de recarga público de forma "fácil y sencilla", con independencia de quién lo esté operando.
El acuerdo de interoperabilidad firmado hoy entre cinco gestores de recarga miembros del proyecto CIRVE, EDP, Endesa, GIC, Iberdrola e Ibil, con la plataforma Hubject, permitirá que los 40 puntos de carga rápida de este proyecto europeo sean interoperables y formarán parte de la red Transeuropea de Transporte (TEN-T), un conjunto planificado de redes prioritarias de transporte pensadas para facilitar la comunicación de personas y mercancías a lo largo de toda la Unión Europea.
Las ubicaciones específicas donde se van a instalar los puntos de carga se están seleccionado en función de los requisitos de este programa TEN-T.
Para CIRVE la interoperabilidad es uno de los focos de trabajo que se están desarrollando durante el proyecto para que toda la infraestructura desplegada se pueda utilizar por los usuarios de vehículo eléctrico a través de un solo medio de identificación, evitando el tener que llevar diferentes tarjetas o dispositivos de identificación. Además, añade que la interoperabilidad es "clave" para el desarrollo del vehículo eléctrico y el reto es "aún mayor" cuando el objetivo es que esa interoperabilidad entre infraestructuras de recarga cruce las fronteras de los países europeos.
El proyecto CIRVE, que se desarrollará hasta finales de 2020, se puso en marcha el año pasado de la mano de EDP, Endesa, GIC, Iberdrola e Ibil, como gestores de carga que implementarán la infraestructura, junto con la Asociación Española de Desarrollo e Impulso del Vehículo eléctrico (AEDIVE), Renault Group y el Centro para la Excelencia e Innovación de Portugal (Ceiia). Cuenta con el apoyo de los ministerios españoles de Fomento y de Economía, Industria y Competitividad y está cofinanciado por la Unión Europea a través de la convocatoria de 2015 del Connecting Europe Facility (CEF).