Un tribunal alemán obliga a la división alemana de Tesla a devolver parte del coste total de la compra de un Tesla Model 3 a un cliente tras este denunciar la defectuosa capacidad de funcionamiento del Autopilot, el conocido sistema de conducción autónoma de la marca americana.
Tal y como recoge el diario Spiegel, ha sido el tribunal de la región de Darmstadt el que ha determinado que Tesla debe devolver parte del coste del Model 3 en cuestión al ya ex-propietario, que había pagado los 7.000 euros extra para equiparlo con el conocido sistema de conducción autónoma.
Bien es cierto, no obstante, que Tesla especifica de manera clara en su web que no se trata de un sistema de conducción autónoma total, sino que la cuantía de 7.000 euros que se cobra por el paquete recae en que el coche ya está equipado con el hardware necesario para en un futuro funcionar de manera completamente autónoma. No obstante el paquete ya incluye varios elementos de equipamiento de corte autónomo.
Entre las funciones más llamativas que actualmente Tesla sí equipa en los coches que tienen este paquete se encuentran la navegación automática por autovías y autopistas, sistema de aparcamiento, sistema de cambio de carril y función de salida automática del aparcamiento (sin necesidad de que el conductor tenga que estar en el interior del vehículo).
Lejos de quedar satisfecho con el funcionamiento de cada uno de estos sistemas, el comprador denunció ante el tribunal de su región varios fallos. Entre ellos que el adelantamiento automático no funcionaba y que el coche no era capaz de reconocer los semáforos ni las señales de stop. Más allá de ello, se atrevió a comparar el comportamiento de la dirección de su Tesla Model 3 en las entradas y salidas de las vías rápidas con el de un "conductor novato borracho".
A pesar de que los abogados de Tesla declararon que tanto el hardware como el software del Model 3 en cuestión funcionaban según lo previsto y de acuerdo con la normativa vigente en el país sobre conducción autónoma, el juez dio por buena la acusación del denunciante al interpretar que la empresa ha actuado actuado con negligencia al "vender un software cuya función no podía utilizarse sin, al menos, una adaptación".
Sin embargo, la historia podría derivar a una segunda parte, ya que la marca ha presentado una apelación mediante la que pretenden dar la vuelta a la sentencia.
Más allá de disfrutar de una popularidad desmesurada por sus coches eléctricos, Tesla también ha labrado parte de su reputación por la capacidad de conducción autónoma de sus modelos gracias a a su sistema Autopilot, llegando a suponer este un determinante componente de compra a la hora de decantarse por un coche de la marca de Elon Musk o de la competencia.
Como bien pudimos constatar en nuestra prueba del Tesla Model 3 (y al menos en carreteras europeas), el sistema no se muestra tan efectivo como Tesla promete, pues comete errores comúnmente y nunca podemos llegar a confiar del todo en él.