Es cierto que el factor suerte siempre tiene algo que ver con el mayor o menor éxito de un proyecto tan importante como colarse de lleno en la industria del automóvil. Especialmente para una empresa tecnológica que empieza desde cero en el sector, como es Xiaomi, que ha conseguido lo que Apple no ha logrado, que es lanzar un coche eléctrico.
Pero detrás del fabricante chino rival del norteamericano hay algo más que suerte, y lo cierto es que se puede analizar lo que hay detrás del éxito de Xiaomi, que ya está triunfando en china con su primer vehículo eléctrico, la berlina SU7, al que le va a seguir, de momento, el SUV denominado Xiaomi YU7, que llegará próximamente al mercado local.
Una de las claves es el ecosistema de Xiaomi

No van a ser los únicos, porque la marca china tiene un ambicioso proyecto en el que los números le están saliendo incluso mejor de lo que se esperaba. Frente a esto, tenemos a Apple, que fue incapaz de sacar un proyecto similar adelante, pese a que empezó a sonar antes y con más fuerza que el de Xiaomi.
Incluso se hablaba de posibles acuerdos con Hyundai, Kia, Porsche, Toyota e incluso BYD, pero nada de esto fue fructífero y a principios del año pasado el sueño de Apple se desvaneció de forma oficial, lo que implicó el despido de unos 600 trabajadores.
Por otro lado tenemos a Xiaomi, que ha sido capaz de crear un ecosistema de productos de distintos sectores, hasta llegar a un nivel que Samsung, Google y Apple no han podido (o querido) alcanzar.
El punto más álgido ha sido el lanzamiento del Xiaomi SU7, con un volumen de ventas realmente bueno, y eso que el fabricante chino todavía no se ha puesto en marcha en los mercados extranjeros, algo que parece que hará finalmente a partir de 2027. Llegado ese punto, también lo hará el esperado Xiaomi YU7.
Las subvenciones y la cadena de suministro de China también han ayudado

La marca con dispositivos que utilizan sistema operativo Android permite recopilar datos de todo el ecosistema que une a sus productos, entre los que se puede compartir información de utilidad, por lo que Xiaomi ofrece algo más que un vehículo eléctrico conectado como el que otras marcas tenían ya.
Tampoco nos podemos olvidar de que China tiene mucho que ver con el nivel alcanzado por sus fabricantes, gracias a las subvenciones que ha dado el Gobierno chino a la industria del automóvil. Unas ayudas por las que la Unión Europa y Estados Unidos están penalizando al país asiático con aranceles, al entender que han llevado a cabo una competencia desleal.
Además, la cadena de suministro está perfectamente cerrada en China, con Xiaomi haciendo uso de los paquetes de baterías que fabrican los productores locales CATL y BYD, lo que cierra el círculo en beneficio de su territorio.
Está por ver lo que depara el futuro de Xiaomi y del resto de marcas chinas de coches eléctricos, pero los deberes están hechos desde hace tiempo, y los fabricantes tradicionales europeos y norteamericanos lo tienen difícil para ponerse a la altura de sus rivales asiáticos.