Como si de un culebrón se tratase, los rumores de las potenciales asociaciones de Apple para fabricar un coche eléctrico y autónomo surgen en las portadas, casi, a diario. Y es que la relevancia mediática que tomará el lanzamiento cuando se produzca, probablemente lo convierta en un evento de calado social sin precedentes en la industria.
En un análisis que el analista de Piper Sandler, Harsh Kumar y del que desde Bloomerg se han hecho eco, apunta que cuando el hipotético Apple Car entre en producción, que nosotros mismo esperamos se dé entre 2024 y 2025, suponga un revulsivo comercial para el fabricante de Cupertino, aunque sólo tengan previsto dar comienzo a su andadura con una primera tirada compuesta por 100.000 unidades.
Estima la fuente citada que de llegar a producirse la comercialización de estas 100.000 unidades, los ingresos que podría obtener la firma de la manzana mordida a cambio podrían llegar a suponer un total de 5 mil millones de dólares de facturación. No es, sin embargo, el único beneficio relacionado con el Apple Car que se produciría, ya que el valor bursátil de la empresa también se vería incrementado pudiendo llegar a ver beneficios de 50 mil millones de dólares.
El lanzamiento del coche eléctrico y autónomo de Apple se antoja, pues, como un paso que han de ejecutar con sumo cuidado, y es principalmente a causa de esto mismo por lo que no quieren dar lugar a una asociación con un fabricante tradicional del sector del automóvil en el que no tengan cogida la sartén por el mango. Una tesitura que se plantea muy complicada para el fabricante ya que quieren gozar del mando en un trato en el que son ellos los que precisan y necesitan el preciado know-how (el saber hacer), pero como sabemos, estamos hablando de Apple y su influencia puede tener más peso que su posición real en el trato.
En un primer momento fue Hyundai quien hizo público que se encontraba manteniendo conversaciones con el gigante tecnológico americano para manufacturar su primer coche, pero tras desavenencias mientras trataban de llegar a un acuerdo, principalmente producidas por la actitud autoritaria de Apple, el grupo coreano huyó del trato.
Después, aunque de manera menos intensa, ha sido la japonesa Nissan la que ha tenido sus momentos de protagonismo, pero los titulares que ha protagonizado han sido directamente rechazando cualquier tipo de colaboración con Apple.
Ahora la firma automovilística que empieza a tomar relevancia es BMW, a quien señalan de manera externa desde Bloomerg como un aliado perfecto para el fabricante de Cupertino, apuntándolo en base a su valor de firma, diseños superiores y experiencia en la fabricación y distribución global. Aunque lo señalan sin pruebas fehacientes de haber tras el telón conversaciones entre ambas firmas como sí las había con Nissan y Hyundai-KIA.
Sea como fuere, sea cual sea la próxima firma automovilística que aparezca en el porvenir de Apple, que parece más un culebrón, lo que está claro es que la firma americana sigue determinada a lanzar el coche eléctrico, aunque no debemos pasar por alto que no se corresponderá con el concepto que tenemos de un coche eléctrico normal, sino que la primera tirada de unidades se corresponderá con un coche de carrocería atípica y de concepción autónoma por bandera.