No es nada nuevo: el otro día fue la propia Bentley la encargada de anunciar al mundo que en 2025 llegará su primer coche eléctrico. Hasta ahí no te contamos nada nuevo, pero hoy, y gracias a una entrevista de Autocar al CEO de la compañía, Adrian Hallmark, sabemos más detalles de cómo será ese primer modelo de batería del centenario fabricante inglés. Y si hay algo que no le puede faltar a un Bentley, es tecnología y calidad.
Para empezar, es muy probable que ese nuevo modelo se convierta en el más caro de la casa, una casa donde cada pieza supera ampliamente la barrera de los 150.000 euros como mínimo. Por supuesto, por ese precio, no podemos esperar un coche pequeño o discreto. Bentley no sabe, ni quiere, fabricar algo así. Será una berlina de alto rendimiento o un SUV. Por el momento no hay nada confirmado al 100%, aunque la balanza parece ligeramente inclinada hacia el lado de la berlina con un coste de más de 250.000 euros.
El Mulsanne es la joya de la corona de Crewe, aunque ya se ha anunciado que el primer eléctrico estará fuera de la alineación principal de productos. No tendrá nada que ver con la oferta actual, aunque, obviamente, aprovechará recursos de ellos. Detalles como tecnología de a bordo o sistemas conectados, pero hablamos de un desarrollo propio. Lo mismo harán los cinco modelos eléctricos que la compañía espera lanzar hasta el año 2030.
En Bentley piensan introducir tecnología de carga inalámbrica en su primer eléctrico.
El primero siempre es el más difícil. A Bentley le ha costado mucho dar el salto a la electrificación: el Bentley Bentayga fue el primero en hacerlo con sistemas híbridos enchufables. Gracias a ese pequeño conocimiento adquirido, y con la colaboración de las marcas del Grupo Volkswagen, los ingleses tendrán una senda de desarrollo algo más sencilla, aunque la magnitud del proyecto nada tiene que ver con lo que hayamos visto hasta ahora en las filas de la compañía alemana.
El propio Hallmark ha confirmado que las pruebas en carretera comenzarán a finales de este mismo año, y que tardarán más de dos años en completarse. Por el momento tienen que rematar el aspecto estético, actualmente completado en un 80 u 85%. La tarea no será nada sencilla, pues en Bentley tienen pensado llegar a límites hasta ahora desconocidos. Lo primero que se plantea es una batería de descomunales proporciones, aunque nadie se ha aventurado a dar datos técnicos.
La autonomía no importa especialmente, pues los Bentley no acostumbran a realizar largos viajes. A pesar de ello, en Crewe piensan apostar seriamente por la carga inalámbrica o por sistemas automatizados que no exijan a sus clientes tener que mancharse las manos para recargar su flamante coche eléctrico de más de un cuarto de millón de euros. Al fin y al cabo, es una manera de diferenciarse, lo que resulta clave en una firma de lujo. En los próximos meses iremos viendo los primeros prototipos por la calle, y poco a poco iremos conociendo más detalles.