Las ventas de la mayoría de los combustibles en Noruega disminuyeron el año pasado por primera vez en casi una década, después de siete años con aumentos anuales de tres dígitos en las ventas de vehículos eléctricos. Desde el mes de marzo, los vehículos eléctricos ya representan el 37% de las ventas de automóviles nuevos. Todo esto ha sido posible gracias a un gobierno que decidió apostar por los coches eléctricos, ayudando a los compradores con generosos subsidios e incentivos fiscales para estimular la adopción de una movilidad responsable con el medio ambiente.
A partir de 2025 en adelante, el gobierno noruego quiere que todos los automóviles nuevos que se venden en el país sean eléctricos. En lo que respecta a este objetivo, la adopción de la movilidad eléctrica va más despacio de lo que debería, a pesar de todos los incentivos. Solo quedan siete años hasta esa fecha y todavía casi dos tercios de los automóviles que circulan por las carreteras noruegas no son eléctricos. Supongamos que la adopción del coche eléctrico seguirá aumentando al ritmo actual y que para el año 2025 se cunple el objetivo de no vender más vehículos de combustión interna en Noruega. ¿Será una medida lo suficientemente efectiva para reducir la huella de carbono del país? ¿Estará preparada su red eléctrica?
Noruega es uno de los países –por no decir el país– con mayor reputación en cuanto al respeto al medio ambiente, no solo por su 'historia de amor' con los coches eléctricos, sino por sus genuinos esfuerzos para luchar contra el cambio climático con todos los medios a su alcance. Entre sus ventajas se encuentra una población de tan solo 5,4 millones de habitantes, lo que significa automáticamente una menor huella de carbono que la de sus países vecinos, empezando por Suecia, con prácticamente el doble de habitantes. El país escandinavo también cuenta con numerosos ríos, lo que le permite obtener grandes cantidades de energía hidroeléctrica.
Mientras tanto, según los datos de la Comisión Europea, Noruega sigue siendo el tercer mayor exportador de petróleo y gas a nivel mundial, después de Arabia Saudita y Rusia. Sorpresivamente, después de una disminución durante la primera década del nuevo milenio, la producción de petróleo en Noruega está incluso en aumento y los planes del país pasan por mantener la producción de petróleo en crecimiento. Después de todo, las exportaciones de petróleo representan el 15 por ciento de su PIB, y aunque esta cifra no es tan alta como en las economías dependientes del petróleo, todavía es lo suficientemente importante como para seguir aumentando la producción a pesar de que la tendencia del consumo interno se esté contrayendo.