En los últimos años está proliferando el nacimiento de compañías dispuestas a fabricar coches eléctricos. Sin embargo, muchas de ellas están descubriendo (a veces a las duras) que tener una idea es una cosa y llevarla a cabo es otra muy distinta. Es lo que podría decirse de Aptera, la compañía estadounidense Aptera, que vuelve a ser noticia por falta de liquidez para llevar su coche eléctrico solar a producción.
Aptera se encuentra en una carrera contrarreloj para iniciar la producción en serie de su coche eléctrico solar, un vehículo de lo más curioso con tres ruedas y una elevadísima eficiencia. Tienen un problema: necesitan financiación para iniciar dicha producción. Según un documento presentado ante la SEC (la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos), Aptera necesita 50 millones de dólares para poder iniciar la producción de su coche.
La compañía californiana solicitó a principios de este año una subvención a la Comisión de Energía de California en el marco de un programa de la comisión para financiar y promover el desarrollo de los vehículos con 'cero emisiones', la infraestructura de recarga y la producción de dichos vehículos y aparatos. En definitiva, para impulsar la industria en torno al vehículo eléctrico. Mediante esta subvención, Aptera recibiría 22 millones de dólares, una cifra que no cubre todas las necesidades de la empresa para poner en marcha la producción seriada.
De acuerdo a los propios cálculos de la empresa, la cuantía de dicha subvención representa algo menos de la mitad del dinero que necesitan. En junio la propia compañía anunció una ronda de financiación de 40 millones de dólares, un movimiento que finalmente parece no haber tenido el éxito suficiente. Según el Club de Propietarios de Aptera, la compañía también habría solicitado un préstamo federal de alrededor de 100 millones de dólares que cubrirían sobradamente las necesidades económicas de la empresa.
De momento no hay más detalles sobre el préstamo federal, pero la historia obliga a ser cautos. En el año 2011, el Departamento de Energía le ofreció un préstamo de 150 millones de dólares a condición de que la empresa recaudara la misma cantidad de manos privadas; la empresa no pudo reunir esa cantidad del sector privado, lo que le hizo no conseguir el préstamo federal y quebró. En diciembre de ese año, Aptera anunció su quiebra y se disolvió.
Aunque la situación actual es complicada y los fondos del gobierno federal estadounidense no están garantizados, el contexto actual es bastante diferente al del año 2011, y muchísimo más favorable. Entonces el coche eléctrico era poco menos que una entelequia, ahora es la piedra angular de la transformación que está viviendo la industria del automóvil. No obstante, Aptera tiene cierto hándicap en el propio producto: un coche con tres ruedas, con sólo dos plazas y un diseño excepcionalmente aerodinámico pero quizá no del gusto de todos los públicos.
Aptera ha construido varios prototipos y tiene un lugar donde fabricar los coches, que tendrá un precio de 25.000 dólares en su versión más sencilla con 400 kilómetros de autonomía (una relación precio-autonomía de lo más interesante). La compañía planea incluso una versión con 1.600 kilómetros de autonomía, cuyo precio ascendería a 44.900 dólares.
Pese a las conjeturas que se puedan hacer, a día de hoy no podemos saber si Aptera conseguirá llevar a producción su coche eléctrico solar o si fallará en el intento. Sin duda, cabe desearle éxito y, a ser posible, que acabe comercializando su coche eléctrico solar en Europa como tienen previsto. Lo que parece claro es que la empresa tiene por delante importantes desafíos en los próximos meses, y solamente el tiempo sacará a la empresa del atolladero (o no) y a nosotros de dudas.