Comprar un coche nuevo se ha convertido en un trámite prohibitivo para muchas familias de a pie. El encarecimiento por el que ha pasado el sector del autumóvil ha derivado a que sea cada vez más habitual optar directamente por un coche de segunda mano, ya que uno nuevo capaz de cumplir con lo que se espera de un coche familiar acabará en un desembolso de 20.000 euros. Por eso mismo acudir al mercado de ocasión es cada vez más lógico, y si se analiza de manera profunda la oferta disponible, se pueden encontrar auténticos chollos.
Ese es, precisamente, el caso del coche que queremos destacar hoy que, además, es híbrido, por lo que disfruta de las ventajas del distintivo Eco de la DGT. Se trata de la segunda generación del Toyota Prius comercializada en España (la generación lanzada en los 90 no llegó a nuestro mercado), un modelo cuyo diseño ha envejecido de mejor forma a la esperada.
Y es que, hasta la diversificación de la oferta de coches híbridos, cada generación del Prius que ha llegado a nuestro país ha triunfado entre el sector profesional por su fiabilidad y los irrisorios costes de mantenimiento. Sin embargo, apenas destaca entre los particulares a causa de la imagen que se tenía de un coche híbrido por entonces, que era, precisamente, la de un taxi.
El mercado ha evolucionado hacia el nicho en el que el Prius llevaba mejorando años, lo que le ha convertido, por derecho propio y a pesar de ser un denostado modelo tanto por aficionados a la automoción como por el público en general, en uno de los coches más importantes y disruptivos de la historia.
Si bien su diseño exterior, por lo avanzado de cuando fue lanzado, no deja entrever su edad, tal vez su interior sí lo haga. No por resultar anticuado, sino por lo espartano de los materiales usados. Aunque a decir verdad, este tipo de interiores envejece mucho mejor que los que están más 'currados'.
A día de hoy, es fácil encontrar unidades del Prius que por la relación entre el kilometraje recorrido y el precio, se antojan buena compra. Centrándonos en la segunda generación que se comercializó en España, aquella cuyo odómetro refleja entre 100.000 y 150.000 kilómetros y que por precio se sitúa entre los 10.000 y 13.000 euros, resulta la más lógica.
Es cierto que un marcador que da fe de una cifra superior a los seis dígitos es algo que echará a muchos para atrás, pero, seguramente, un Toyota Prius que haya recibido los mantenimientos oportunos hasta ese punto (lo más importante a comprobar siempre que se compra un coche usado), será capaz de recorrer más kilómetros al final de su vida útil que cualquier otro coche nuevo que se adquiera a día de hoy. Y es que, recordemos, se trata de uno de los coches más fiables de la historia.
Si en lugar de ordenar los anuncios clasificados de segunda mano por orden de kilometraje ascendente, lo hacemos en descendete, veremos que hay multitud de unidades que no sólo se acercan, sino que superan la marca del medio millón de kilómetros.
El propulsor que lo mueve es el mismo que a día de hoy seguimos encontrando en modelos como el Corolla o incluso el recién presentado C-HR. El corazón del sistema híbrido es un motor de gasolina de ciclo Atkinson de 1,8 litros de cilindrada y 99 CV que junto a un motor eléctrico de 82 CV conseguía ofrecer una potencia conjunta de 136 CV, lo suficiente para hacer el 0 a 100 en 10,4 segundos, garantizando prestaciones correctas, aunque nada brillantes. Lo mejor, sin embargo estaba en los consumos, inferiores a los 5 litros en conducción cotidiana.
Todo lo anterior queda complementado por una carrocería de cinco puertas con perfil de lágrima (la más eficiente en términos aerodinámicos), capaz de alojar sin mayor problemas a cuatro adultos en su interior mientras que cuenta con una capacidad de 445 litros de maletero.
Uno de los aspectos a vigilar a la hora de valorar una unidad es el correcto funcionamiento de los componentes más importantes del esquema eléctrico de propulsión, es decir, la batería y el motor. Lo más recomendable para asegurarse de ello, es acudir a un servicio oficial Toyota para que certifiquen ambos aspectos.
También, en coches de cierta edad, casi todo motor es susceptible de sufrir problemas de junta de culata por funcionar a mayor temperatura de la que pueden soportar. Si la unidad a considerar ha pasado cada revisión con su pertinente cambio de aceite cuando ha tocado, será menos probable que suceda. También habría que comprobar un correcto funcionamiento del sistema de refrigeración para evitar males mayores.
Si todo lo anterior está en orden, este Prius (o prácticamente cualquier Toyota equipado a la postre con este motor) es de las opciones más sensatas y más baratas de mantener que existen en el mercado de ocasión.
