Alpine renació como marca propia del Grupo Renault en 2016, cuando puso a la venta el coupé deportivo A110. Se trata de un vehículo que, con 252 CV de potencia en su versión de inicio, ofrece un reducido peso de sólo 1.178 kg. Muy en consonancia de la tradición histórica de ligereza de los modelos franceses.
Pero, ahora, Alpine ha dado un vuelco hacia la electrificación de sus vehículos, empezando por el Alpine A290 -la versión deportiva, con 215 CV, del Renault 5 eléctrico- y siguiendo por el prototipo A390 que acaba de presentar en el Salón de París. Un camino que le llevará a presentar hasta siete coches eléctricos para 2030.
Alpine quiere ofrecer coches eléctricos con un comportamiento de “vehículos ligeros”
Pero cualquiera que haya conducido un coche eléctrico sabe que, respecto a uno térmico, el peso añadido de las baterías supone un hándicap para su conducción y manejo, ya que ese peso extra afecta a las aceleraciones, inercias y frenadas.
La revista británica Autocar hace hincapié indicando, por ejemplo, que el citado Alpine A290 pesa en torno a 1.500 kg y que si bien la marca gala no ha indicado aún el peso del próximo A390, el modelo con el que comparte plataforma -el Nissan Ariya- pesa entre 2.000 y 2.300 kilogramos.
La citada publicación recoge unas declaraciones de Philippe Krief, el CEO de la marca francesa, en la que da respuesta a este problema. Krief señala que la empresa “afinará sus motores para darles el comportamiento” de un coche ligero; en consonancia con el tradicional espíritu de la firma francesa y del A110. Eso sí, avisa de que lo que percibirán los conductores, aunque será “ligereza, no será una ligereza real”.
El secreto para lograr que un coche eléctrico parezca ligero
Krief señalaba ante los periodistas que la solución para ello pasa por un sistema de propulsión a medida, como el presentado en el Alpine A390, que consta de dos motores eléctricos para el eje delantero y un tercero para el eje posterior.
Con estas características, y al recurrir a la tecnología de vectorización del par motor para variar la entrega de potencia de los tres motores, el CEO de Alpine explicó que “"se puede generar un tiempo de respuesta bastante inmediato: es como [lograr] el comportamiento de un automóvil ligero".
Krief reconoció que el Alpine, "no es un coche ligero, pero lo parece, porque resulta “rápido” y ofrece un comportamiento “natural integrado". Y está muy seguro de lo anterior por una razón de peso: “cuando tienes pilotos profesionales probando tus coches y lo hacen con los sistemas [de gestión de potencia] activados porque así ellos lo quieren, entiendes que [este sistema] es bueno. Es la prueba definitiva".
Y Alpine está trabajando en la reducción de peso real
Más allá de este ‘truco’, Krief -que antes de llegar a Alpine trabajó como ingeniero de vehículos deportivos como el Alfa Romeo Giulia Qradrifoglio o el Ferrari 458- señaló que Alpine está “trabajando [para rebajar] el peso absoluto del coche". De esta forma, se espera que los modelos de la marca francesa de deportivos sean más ligeros que los modelos equivalentes de marcas como Renault o Nissan.
De esta forma, se espera que el Alpine A390, que se encuentra en las etapas finales de pruebas antes de su presentación oficial en unos seis meses, marque el camino a seguir para los otros cinco coches eléctricos que la marca francesa presentará hasta 2030.