El pasado lunes 1 de julio entró en vigor la nueva normativa de la Unión Europea que obliga a todos los vehículos eléctricos (de batería e híbridos enchufables) que se homologuen a partir de esa fecha, a emitir un sonido cuando circulen a una velocidad inferior a 20 km/h o marcha atrás para advertir de su presencia a los peatones. A partir de julio de 2021 esta obligación se extenderá a todos los vehículos que se comercialicen.
Según la Unión Europea, a baja velocidad, los vehículos eléctricos pueden representar un riesgo para las personas ciegas, con discapacidad visual, ciclistas, o para cualquiera peatón que simplemente esté distraído y no preste atención. Según los estudios realizados en Estados Unidos por la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration), los coches eléctricos e híbridos tienen un 19% más de probabilidades de causar un accidente a bajas velocidades que un coche de combustión, debido a que no son advertidos por los peatones. Según sus estimaciones esta medida puede llegar a evitar hasta 2.400 accidentes al año y es especialmente requerida por las personas invidentes. Hace unos años, en un estudio realizado por la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), concluía que la probabilidad de atropello aumenta un 40% cuando el peatón no escucha los vehículos.
La nueva normativa, que lleva en preparación desde 2018 y hasta ahora ha permanecido en fase de consultas, obliga a incorporar un Sistema de Alerta de Vehículos Acústicos (AVAS, por sus siglas en inglés) en los nuevos modelos eléctricos de cuatro ruedas, es decir, categorías M y N, dedicados al transporte de pasajeros y mercancías. En el caso de los vehículos homologados antes del 1 de julio de 2019 tienen de plazo hasta el 1 de julio de 2021 para incorporarlo o actualizarlo si ya cuentan con uno.
La Unión Europea exige que el sonido se emita por debajo de los 20 km/h y cuando circulen marcha atrás, y además no será posible desactivarlo. Se considera que a mayor velocidad el ruido de la rodadura es suficiente para identificar la presencia de un vehículo por lo que se desconectará automáticamente.
Sobre el tipo de sonido, serán los fabricantes los encargados de decidir el suyo, siempre y cuando sea "similar" al de un motor de combustión, es decir, que permita diferenciar la maniobra que realiza el vehículo y tenga un nivel de potencia o intensidad entre 56 y 75 decibelios. Los vehículos dotados de un motor de combustión desconectarán el sonido cuando este entre en funcionamiento. Una normativa similar entrará en vigor en Estados Unidos en septiembre de 2020, aunque allí la velocidad a la que deberá funcionar el AVAS son 30 km/h .
El sonido del silencio
Los fabricantes de automóviles generalmente estudian la forma de eliminar el ruido utilizando diferentes tecnologías, pero nunca se habían dedicado a agregarlo. El aislamiento del habitáculo es una parte importante del desarrollo de un vehículo.
Los sistemas más utilizados tradicionalmente son almohadillas pesadas pegadas mediante resinas bituminosas en el interior de los paneles de la carrocería, que evitan que vibren y amplifiquen el sonido como si de un altavoz se tratasen. Otro sistema, mucho más tecnológico, es la cancelación activa de ruido. Unos micrófonos recogen el ruido que hay en el interior de la cabina y un circuito electrónico crea una onda sonora artificial de fase opuesta de forma que al reproducirse juntas se anulan mutuamente.
Con la llegada de los vehículos electrificados y la nueva normativa, se obliga no solo a emitir un sonido al exterior a bajas velocidades, sino a aislar la cabina para evitar que los ocupantes estén sometidos a él continuamente.
Algunos fabricantes de vehículos eléctricos ya cuentan con un sistema AVAS que emite este sonido a bajas velocidades, aunque, en muchas ocasiones, puede desconectarse. Así lo hacen Renault, Nissan, Jaguar, Toyota o Mitsubishi. Sin embargo, algunas empresas llevan años trabajando es este proyecto.
Es el caso de la empresa Harman, que mostró su prototipo Halosonic Electronic Sound Synthesis en 2009, proyecta un sonido desde unos altavoces situados delante y detrás que varían según la velocidad y la aceleración.