Honda se encuentra en un cambio de imagen radical comandado por su recientemente llegado CEO, Toshihiro Mibe. Dentro de estos cambios se han proyectado diversos nuevos frentes que llegan incluso a querer fabricar cohetes espaciales para competir con SpaceX. Sobre este mismo cambio radical de imagen de marca, Honda se ha asociado con la tecnológica Sony con vistas a crear una nueva empresa conjunta de desarrollo y comercialización de coches eléctricos.
Ambas empresas, tan similares en cuanto historia y cultura según el CEO de Honda, llevarán a cabo la creación de una nueva compañía conjunta para el desarrollo y posterior comercialización de coches eléctricos a batería. Paralelamente también propondrán otros "servicios de movilidad" que aún no está del todo decidido sobre qué nicho de mercado incidirá.
La denominación de esta nueva empresa no se conoce por el momento, pero sí se ha especificado qué funciones principales tomarán Sony y Honda respectivamente dentro de la misma. De forma evidente, el fabricante de vehículos nipón copará la iniciativa sobre todo lo que rodea a la fabricación y desarrollo del propio vehículo, así como de su servicio posventa. De manera contraria, Sony centrará sus esfuerzos en los apartados que más dominan: tecnología de reconocimiento a través de sensores o radares, telecomunicaciones y sistemas de información y entretenimiento. En el orden de fabricación de los propios vehículos, Honda será la responsable de llevar a cabo tal tarea a través de sus propias factorías operativas a día de hoy. El vehículo se asentará sobre la nueva plataforma de servicios de movilidad desarrollada por Sony.
Esta no es la primera vez que una firma tecnológica como Sony muestra su potencial sobre el sector de los coches eléctricos. Durante el pasado CES 2020, la empresa nipona presentó su primer modelo conceptual, el Vision-S, mientras que en la celebración de este mismo año 2022 Sony ha mostrado el sucesor espiritual de este, denominado como Vision-S 02, así como sus intenciones de introducirse en el mercado de la movilidad eléctrica a través de su nueva división "Sony Mobility". Los planes de ambas marcas sitúan el inicio de la comercialización en 2025.
Esta unión parece un movimiento obvio dentro de la nueva generación de vehículos que se presenta de cara a los próximos años. Otras corporaciones clásicas ya han llevado a cabo acuerdos similares con empresas tecnológicas, ya que los avances en software y comunicación que requiere el siguiente escalón en cuanto al desarrollo de los vehículos eléctricos hace insalvable que se produzcan acuerdos de este tipo.
Compañías clásicas y firmas tecnológicas más actuales necesitarán de acuerdos interesantes que beneficien ambos frentes. Los históricos fabricantes de coches precisan de tecnología que ya poseen, o pueden desarrollar más fácilmente, estas marcas tecnológicas. Prescindir de contar con su colaboración podría suponer más de un quebradero de cabeza en el apartado económico, principalmente. No obstante, estas nuevas tecnológicas también encontrarán un fuerte aliado en los fabricantes clásicos, ya que podrían ser vitales a la hora de facilitar los conocimientos adquiridos sobre fabricación y desarrollo del hardware del propio automóvil.
Muchas empresas tecnológicas ya han dado el paso en mostrarse interesados por la fabricación de coches eléctricos. Firmas como Sony, Apple o Xiaomi harán lo propio en los próximos años, mientras que otros como Huawei han tomado el camino de situarse meramente como suministrador de tecnología. Como vemos, estos acuerdos llegan en forma de quid pro quo: las marcas clásicas adquieren tecnología actual a cambio de dotar de conocimientos de fabricación y desarrollo de automóviles a las mismas tecnológicas asociadas.