Ford ha presentado los planes de desarrollo del sistema de comunicación C-V2X —cellular vehicle-to-everything— una tecnología inalámbrica que permite la comunicación de sus vehículos con todos aquellos dispositivos conectados. Esta solución, que será implementada por el fabricante americano en Estados Unidos en sus nuevos modelos a partir de 2022, abre la posibilidad de comunicar el vehículo con la infraestructura, el resto de los vehículos e incluso con los peatones de forma directa e inmediata, aumentando la seguridad y facilitando mayor información al sistema de conducción autónoma.
La implementación de esta tecnología completará al sistema de sensores incorporados a bordo de los futuros coches autónomos de Ford, formado por radares, cámaras y detectores de ultrasonidos, para ofrecer una visión del entorno mucho más completa. Según Don Butler, director ejecutivo de la plataforma de vehículos conectados de Ford, "el sistema C-V2X podrá complementar al de conducción autónoma de la misma manera que nuestro sistema auditivo completa a nuestra visión".
Las posibilidades de la tecnología C-V2X
La tecnología de comunicación inalámbrica C-V2X puede "hablar" y "escuchar" a otros vehículos y a las infraestructuras de gestión de tráfico equipadas de manera similar, como pueden ser los semáforos y las señales de tráfico. De esta forma se puede reducir la congestión urbana y aumentar la seguridad tanto para los vehículos como para los peatones, que también están conectados al sistema gracias a sus teléfonos móviles.
El C-V2X se aprovecha de la futura red móvil 5G que ya está comenzando a implementarse. La comunicación se realiza de forma directa entre los dispositivos conectados, es decir, no es necesario que la señal viaje primero hasta una torre de comunicación sino que se traslada directamente, lo que aumenta la velocidad de comunicación. En última instancia, permite al conductor o al sistema de conducción autónoma, saber qué está ocurriendo delante de ellos, antes de llegar, y disponer de mayor tiempo para la toma de decisiones.
La comunicación entre los vehículos permite, por ejemplo, la gestión de los cruces directamente desde los vehículos, ya que podrán entenderse y decidir cuál de ellos tiene la prioridad de paso. De la misma manera, un automóvil involucrado en un accidente puede transmitir su estado a los vehículos que se aproximan, avisándoles con anticipación de una situación potencialmente peligrosa. Incluso un peatón equipado con un teléfono móvil podrá transmitir su ubicación a los vehículos del área, asegurándose de que todos conocen su situación aunque no esté en su línea de visión directa.
La tecnología C-V2X incluye la comunicación con todos los sistemas conectados.
La comunicación con la infraestructura, como los semáforos y las señales de tráfico, posibilita a los vehículos obtener la información que necesitan para moverse con mayor libertad y seguridad. Con C-V2X, un semáforo puede enviar señales de alerta sobre cuándo cambiará su estado y el vehículo regular su velocidad para evitar tener que detenerse.
Las señales de tráfico pueden proporcionar advertencias de accidentes, atascos, obras o circunstancias particulares en su trayecto, que darán a los conductores la oportunidad de desviarse o cambiar su ruta para evitarlas. Además, las ciudades podrán utilizar esta tecnología para permitir que los vehículos se comuniquen con los sistemas de gestión de tráfico inteligentes para aumentar la velocidad de circulación de los sistemas de transporte público.
Ford tiene previsto poner a la venta sus primeros coches autónomos en 2021 sobre una nueva arquitectura diseñada específicamente para estos sistemas. Antes, para finales de 2019, su intención es equipar todos los nuevos modelos que fabrique para Estados Unidos con conectividad C-V2X funcionando bajo el sistema de asistencia al conductor Ford Co-Pilot360.