Que sea barato de adquirir y que logre un bajo consumo en el día a día son, claramente, las prioridades a las que se ciñe el público español cuando se encuentra inmerso en la búsqueda de un nuevo coche, aunque estos aspectos están muy cerca de otros como la fiabilidad, el diseño o la capacidad de carga. A menudo se descarta la compra de un coche eléctrico por lo elevado de su precio, pero al igual que sucede con los híbridos y térmicos, España tiene una nutrida oferta de coches usados que ponen al alcance del público modelos que no le sería posible adquirir a un concesionario de estreno por su precio.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, uno de los coches que mejor aúna las capacidades necesarias para servir en el día a día de un ciudadano medio español y que a pesar de haberse dejado ya de fabricar, representa una de las mejores opciones de segunda mano, es el Renault Zoe, y más concretamente la versión que Renault puso a la venta en 2020, con batería de 50 kWh y motor de 109 0 136 CV de potencia.
Esta versión del Zoe homologaba unos 390 kilómetros de autonomía en ambos casos, un dato que en la práctica probablemente se vea a reducido a 300 kilómetros reales en el mejor de los casos, pero teniendo asumiendo que en España se recorren diariamente unos 40 kilómetros de media, realmente el Zoe propone una autonomía de sobra para cumplir con el día a día de la mayor parte de los conductores. Es más, incluso si se llega a recorrer un centenar de kilómetros diariamente en entornos urbanos a interurbanos, pocos coches promente hacerlo cumpliendo como lo haría el Zoe, que se diseñó específicamente para cumplir con este cometido.
De media el Zoe homologada cuando se comercializaba un consumo de 17,7 kWh a los 100, lo que a tenor de los 40 kilómetros de media que recorre cada día un conductor español, supone un gasto en electricidad de poco más de un euro si se recarga de manera doméstica con un coste de 15 céntimos por cada kWh. En caso de hacer uso de tarifas valle, el coste de recorrer esos mismos 40 kilómetros apenas superaría los 20 céntimos.
Por sus dimensiones, se trata de un coche del segmento B, por lo que aunque estemos ante un coche de corte urbano, es capaz de afrontar salidas a circunvalaciones a velocidades medias de manera cómoda. Incluso por su peso, de unos 1.500 kilos, en vías rápidas muestra un aplomo superior al que cabe esperar en un coche así. Por lo demás, se trata de un coche de 4,08 metros de carrocería alta que propicia un fácil acceso. El maletero, por su parte, ofrece 338 litros, una buena capacidad que coches de tipo SUV como el nuevo Volvo EX30 o el Lexus LBX, no son capaces de superar.
El Zoe llegó en un momento al mercado en el que prácticamente no había coches de su tipo a la venta. De hecho la mayor parte de los modelos de su tamaño llegaron cuando el francés se encontraba al término de su vida comercial, como el Opel Corsa-e y Peugeot e-208. En la gama de Renault, el Zoe ha sido reemplazado casi directamente por el Renault 5, que parte desde unos 32.000 euros ofreciendo a cambio 150 CV y 408 kilómetros de autonomía.
Por mucho menos de esos 32.000 euros, el Zoe se acercará a los 408 kilómetros que propone el Supercinco eléctrico. Hay unidades a la venta equipadas con el motor de 136 CV en estos momentos por menos de 20.000 euros que han recorrido menos de 20.000 kilómetros. Por este precio incluso hay alguna unidad con menos de 10.000 kilómetros. Es decir, por lo mismo que a día de hoy cuesta un Seat Ibiza de corte básico a estreno, podemos obtener un coche eléctrico con etiqueta 0 y unos irrisorios costes de uso.
A juzgar por la diferencia entre autonomías homologadas (1 kilómetro), lo que tarda cada versión en hacer el 0 a 100 (casi 2 segundos menos el de 136) y la inexistente diferencia de precio, lo cierto es que resulta mucho más recomendable optar directamente por la versión más potente de las dos.
También existen multitud de unidades que están puestas a la venta por parte de concesiones oficiales de Renault, en muchos casos ofreciendo hasta tres años de garantía desde el momento de la compra. Aun con esta garantía, como en todo coche usado cuyo tren de potencia se encuentre electrificado, se recomienda comprobar antes de adquirirlo el estado de saluda de la batería y del propulsor eléctrico, que en caso de avería serán los componentes más costosos de sustituir.
