Los coches eléctricos impondrán su ley, y van a hacer que cambiemos muchos de los hábitos que hasta ahora hemos tomado habiéndonos acomodado a los coches diésel y gasolina. Entre otras muchas cosas algo que parece que se va confirmando poco a poco es que los concesionarios, tal y como los conocemos hoy en día, van a desaparecer o cambiar su manera de trabajar conforme los coches eléctricos vayan haciendo su incursión en el mercado, y la americana Cadillac, al menos de manera indirecta, lo ha confirmado.
Es algo a lo que Tesla ya nos ha acostumbrado, y que otras firmas poco a poco están implementando. Por ejemplo, Polestar llama Centros Polestar a sus concesionarios, y sólo nos tendremos que desplazar al mismo para recoger nuestro coche el día que lo estrenemos, ya que tanto para encargar nuestra unidad del Polestar 2 como para mantenerlo tendremos que recurrir a internet.
Ahora es Cadillac la que se pronuncia en este aspecto, y ha comunicado a su red de concesionarios en Estados Unidos que aquellas concesiones que rechacen de manera proactiva a vender los coches eléctricos de la compañía podrán ser recompensadas con hasta 500.000 dólares a cambio, y nosotros vemos dos aspectos tras los cuales está este, a priori, irracional movimiento.
El primer Polestar 2 entregado a un cliente en el que es el primer Centro Polestar del mundo, en Suecia.
Empezando desde la base, el primer aspecto a tener en cuenta es que un coche eléctrico conlleva un esfuerzo mucho menor a la hora de ser puesto a punto antes de su venta, así como para su mantenimiento. También, dada su menor complejidad técnica, son coches que deberían sufrir menos averías a lo largo de su vida útil en comparación con un coche diésel o gasolina. Esto significa que después del período de garantía un concesionario no podrá obtener el mismo beneficio que lograba antes por cada coche vendido a largo plazo.
El segundo aspecto es que para que un concesionario pueda empezar a operar con coches eléctricos, su personal ha de ser formado técnicamente en vistas a poder trabajar con ellos, y en muchos casos probablemente también significa contratar nuevo personal con formación previa en ingeniería eléctrica o experiencia previa en el campo, lo que directamente implica una inversión en recursos humanos mayúscula antes de que incluso hayan llegado los coches eléctricos a la concesión.
A ello hay que sumar, en el caso de Cadillac en concreto, que la firma americana lleva años luchando por reducir el número de ubicaciones de su red de concesionarios, tal y como apuntan desde Inside EVs, ya por 2016 la propia marca anunciaba que tenía demasiados concesionarios funcionando, y han visto en la transición hacia el coche eléctrico una oportunidad para reducir el número de ellos, lo que mediatamente significa que las concesiones que primero acepten estas ayudas por parte de la central de la marca, serán las que más posibilidades tengan de cerrar primero sus puertas.
Tesla anunciaba recientemente la apertura de más de 50 centros de servicio en todo el mundo para respaldar su demanda.
A buen seguro ésta será la primera de una larga hilera de noticias con este mismo patrón, en la que las firmas cambiarán la operativa de sus redes de concesionarios, donde muchos desaparecerán y donde los que queden ejercerán más de centro logístico que como un concesionario tal y como ahora los conocemos. El comercio digital, más tarde o más temprano, está llamado a imponerse con fuerza sobre el comercio tradicional, aspecto que con la llegada de la pandemia causada por el COVID-19 no ha hecho más que acelerarse, poniendo en apuros a muchos sectores, pero a otros tantos dándoles alas como nunca antes hemos visto.