El Siglo XX ha sido absolutamente impresionante en cuanto a nuevos inventos y tecnologías. La radio, la televisión, la máquina de escribir, el ordenador, el teléfono (y luego el teléfono móvil), la lavadora, la olla a presión, los aparatos frigoríficos, la fisión nuclear, los cohetes y la exploración espacial, el GPS, Internet... Y, por supuesto, la popularización del agua corriente y la electricidad en los hogares, además de otros inventos como el automóvil o el avión -que aunque tuvieron sus orígenes en el siglo XIX, se popularizaron en el XX-. Y Harold Baggott ha visto todo eso y más.
El señor Baggott nació en 1920. En el Reino Unido empezaban a dejar atrás la resaca de la posguerra y se abría paso lo que más tarde se denominaría como 'Los felices años 20', un período de prosperidad económica en Occidente que trajo consigo, entre otras cosas, una época prolífica en la industria del automóvil. Con sólo 10 años empezó a conducir un Ford Model T, con el que repartía leche de la granja familiar. A los 16 se sacó el carné de conducir, en el primer año en que se introdujo un permiso de conducir oficial en Inglaterra.
En aquellos años de juventud, Harold Baggott quizá no pensaba que algún día llegaría a ver y conducir un coche eléctrico con las características y prestaciones del Mustang Mach-E, uno de los eléctricos más modernos en la actualidad. Pero la marca estadounidense ha querido tener un bonito gesto con un cliente fiel cuya familia ha tenido veinte Ford en propiedad a título particular (el primero que compró fue un Ford 8 Popular en 1937 por 100 libras) y multitud de modelos comerciales para la empresa familiar.
Ford reunió para la ocasión el pasado y el presente de la compañía con un Ford Model T de 1915, similar al que Harold Baggott utilizó cuando empezó a conducir, propiedad de la colección privada de la marca, y un moderno Ford Mustang Mach-E. A sus 101 años de edad, el señor Baggott condujo unos cinco kilómetros desde el Museo del Automóvil de Beaulieu, cerca de su casa, con dos de sus bisnietos a bordo, Felix y Charlie. Después, los pequeños acompañaron a su bisabuelo montando en el centenario Model T.
Harold Baggot junto a sus hijos, nietos y bisnietos.
El señor Baggott señaló que el Mustang Mach-E es «muy fácil de conducir» y le llamó la atención la tranquilidad y el silencio de marcha del propulsor eléctrico. A sus más de cien años, el señor Baggott mantiene viva su afición por el automovilismo al tiempo que mira al futuro: «desde los 10 años, he mantenido mi interés por el automovilismo (...) He rememorado mi historia al volante con el Model T y he visto lo que me depara el futuro. Ha sido emocionante ponerme al volante de lo que espero que conduzcan mis bisnietos».