El Gobierno de Reino Unido ha dado luz verde a la ejecución del proyecto de una mina de carbón al norte de Inglaterra. Será la primera de este tipo que se inaugura en 30 años en el país británico. Al contrario de lo que se puede creer en un principio, la mina no tendrá como fin la producción de energía eléctrica, sino de metal. El objetivo está en reducir la dependencia del país de los metales chinos y rusos.
La confirmación del proyecto que dará lugar a la explotación, que se inició en 2020, llegó de mano de las palabras de Michael Gove, ex ministro de Medio Ambiente y militante del partido conservador, actualmente liderado por Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido. Gove afirma que la mina de carbón "apoyará en cierta medida la transición a un futuro con bajas emisiones de carbono".
La mina estará situada en Cumbria y podrá estar operativa hasta 2049. Según palabras de West Cumbria Mining Company, la empresa encargada de la explotación, será la mina de carbón más moderna del mundo. Para la construcción de la misma será necesaria una inversión de 190 millones de euros y creará 500 puestos de trabajo de manera directa y unos 1.500 indirectos.
West Cumbria Mining Company ha celebrado la noticia en un comunicado en su web: "Estamos impacientes por llevar el proyecto a la siguiente fase de ejecución y creación de empleo, y damos las gracias a todos aquellos que han apoyado el proyecto en todo momento, tanto en Cumbria Occidental y en toda Gran Bretaña".
770 kilos de carbón por cada tonelada de metal
A pesar de que el proyecto tiene como fin dejar de depender de los metales chinos y rusos, lo cierto es que la capacidad de la mina superará con creces las necesidades de Reino Unido. El carbón es necesario para la producción de metal, pues el proceso consiste en calentarlo hasta altas temperaturas y combinarlo con acero. Por cada tonelada producida de metal aproximadamente, un 77 % del material usado es carbón, según señala la BBC.
Según apunta el Comité sobre el Cambio Climático del Gobierno (UKCCC), el 85 % del carbón extraído en el emplazamiento se tendrá que exportar si el emplazamiento llega a trabajar a su máxima capacidad, que está en la extracción de dos millones de toneladas anuales. Esto supondrá generar unas emisiones netas de 400.000 toneladas de gases de efecto invernadero, que equivale a la cantidad de 200.000 coches circulando durante un año.