Finalmente, Vladímir Putin daba ayer de madrugada el paso y ordenaba a las fuerzas militares rusas su incursión en suelo ucraniano, además de efectuar ataques aéreos a ubicaciones estratégicas de Ucrania. Ante esta situación, los principales líderes de la Unión Europea se encuentran ultimando un paquete de medidas contra Rusia, principalmente económicas, que de llegar a aplicarse podrían acarrear fuertes efectos colaterales a las fábricas automovilísticas de empresas europeas apostadas en el país protagonista del conflicto. Entre los fabricantes europeos que podrían verse afectados por las maniobras que está llevando a cabo Rusia, y por las potenciales sanciones que imponga la Unión Europea, se encuentran el Grupo Volkswagen, Renault y Stellantis.
De todas ellas, sin embargo, es Renault la que se encuentra en una tesitura más delicada, ya que además de disponer de una factoría cerca de Moscú, en Rusia tienen su segundo mercado más importante, sólo por detrás del mercado francés. Además de ello, el Grupo Renault también es el accionista mayoritario de la rusa Avtovaz, y como tal tiene el control de la misma. Avtovaz, a su vez, tiene bajo su dominio a la firma Lada, que es la firma líder del mercado ruso desde hace años. Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, ha declarado que se encuentra siguiendo el conflicto "con cautela".
En lo relativo al Grupo Volkswagen y Stellantis, ambas disponen de sendas fábricas en la ciudad de Kaluga, a menos de 200 kilómetros de la capital de país. Volkswagen fabrica allí los Volkswagen Polo y Tiguan, así como también el Rapid de Skoda y motores para Audi. La fábrica de Stellantis, por su parte, se centra en la producción de furgonetas para Citroën, Peugeot y Opel, y es herencia directa de PSA. De momento Stellantis ha dicho que se encuentra siguiendo el conflicto de cerca, pero que no entrarán a hacer declaraciones sobre el mismo.
Según Autonews, Mercedes-Benz también podría verse gravemente afectada por el paquete de sanciones que Europa imponga a Rusia, aunque en mucha menor medida que los fabricantes mencionados. El consorcio alemán inauguró en 2019 una fábrica en Rusia en la que produce el Mercedes Clase E, además de varios SUV.
La Unión Europea ha adelantado que está determinada a que Rusia sufra consecuencias masivas, empezando por sanciones económicas y financieras que no podrán ser todo lo duras que el marco europeo quisiera, ya que actualmente el Viejo Continente tiene una gran dependencia energética de Rusia. Entre otros aspectos, dos tercios del combustible que consume Europa proviene de Rusia. Es por ello que se prevé una implantación de sanciones por etapas, en las que las más duras tomarán lugar en los compases finales.