Con más de 3.000 muertos hasta ahora, el coronavirus (COVID19) está afectando a la vida diaria de las personas y también a la economía y a los diferentes mercados que hoy en día tienen carácter global. El coche eléctrico no se libra de este escenario porque sus efectos colaterales están teniendo un impacto sobre las tecnologías emergentes, que precisan de una cadena de suministro a nivel mundial. Además materiales como el cobalto y el litio, que proceden en su mayoría de China y la bajada de los precios del petróleo también están afectando a las ventas de los vehículos eléctricos.
Según recoge la agencia Reuters, que cita como fuente los datos preliminares de la Asociación china de automóviles de pasajeros, las ventas generales cayeron en el país asiático un 80% en el mes de febrero, lo que ha afectado también a los coches eléctricos. Más concretamente, las ventas de vehículos eléctricos de BYD han bajado un 79,5% respecto a los datos del año pasado. Las de BAIC BluePark, la división eléctrica del grupo estatal BAIC, disminuyeron un 65,1% en comparación con el año anterior. Las ventas de JAC, el socio chino de Volkswagen para la fabricación de sus eléctricos descendieron un 63,4% el mes pasado.
La cadena de suministro de materiales
El impacto más significativo que ha afectado a la industria de los vehículos eléctricos ha sido provocado por la discontinuidad en la cadena de suministro de piezas y componentes, sobre todo las baterías y los sistemas electrónicos que provienen del Gigante Asiático. China es uno de los suministradores de cobalto más importante del mundo, un componente hoy en día fundamental en la composición de las baterías de los vehículos eléctricos. Un impacto sostenido en las instalaciones de procesamiento de este material podría afectar a los costes de producción finales.
China es uno de los mayores productores de cobalto del mundo.
En una situación similar se encuentra otro de los componentes fundamentales de las baterías, el litio. El impacto del coronavirus llevó al productor chino de litio Ganfeng Lithium, que suministra a Tesla y Volkswagen, a subir los precios algo menos del 10%.
La bajada del precio del petróleo
Por otro lado, la incertidumbre económica sobre la evolución y los efectos del coronavirus han hecho caer los precios del petróleo, la más pronunciada desde la Guerra del Golfo de 1991. En la Bolsa de Nueva York, esta misma semana el precio del barril de petróleo se ha acercado a los 30 dólares (algo más de 26 euros). El precio medio del barril de la OPEP ha bajado en lo que va de este mes de marzo ha descendido hasta los 48,51 dólares, desde los 55,49 dólares del mes anterior, lo que supone un 12,58%. En el último año el precio del barril de petróleo de la OPEP ha descendido un 26,91%.
Con el petróleo más barato, se reduce el precio de la gasolina y el diésel, lo que para muchos compradores hace descartar, por ahora, la adquisición de un vehículo eléctrico. De hecho, los analistas aseguran que la reducción del precio del petróleo es una de las razones por las que esta semana ha caído la valoración de las acciones de Tesla en la bolsa. El coronavirus obligó también a cerrar temporalmente la nueva fábrica de Shanghái y también las tiendas de todo el país.
La epidemia también ha obligado a la cancelación del Salón del Automóvil de Ginebra, donde se iban a dar a conocer nuevos modelos eléctricos e híbridos enchufables. Si bien los fabricantes han realizado sus presentaciones de forma on line y esta circunstancia no debería retrasar su llegada al mercado, a nivel de marketing y campañas de publicidad para implicar a los potenciales compradores si ha sufrido una merma significativa.