Tres son las principales preocupaciones del público en general a la hora de hacerse con un coche eléctrico: la llamada "ansiedad por la distancia", la falta de infraestructura y la vida útil de sus baterías. Los dos primeros puntos ya se han tratado con cierta regularidad, y por ello Recurrent Auto ha publicado ahora un estudio sobre una de las preguntas más difíciles de responder a día a de hoy: ¿cuánto dura la vida de una batería de un modelo eléctrico?
Para resolver esta cuestión, el informe analiza algunos coches eléctricos lanzados hace años, es decir, modelos pertenecientes a las primeras generaciones de los coches cero emisiones comercializados, por lo que cuentan con un mayor recorrido a sus espaldas. Sin embargo, desde su estudio señalan que los modelos eléctricos aún no tienen un recorrido vital suficientemente largo para saber con exactitud cuánto puede llegar a durar una batería en situación óptima.
Desde Recurrent Auto han repasado un total de 15.000 vehículos eléctricos diferentes y, en su investigación, se percataron de que sólo se ha precisado un cambio de baterías en un 1,5% de los coches, sin contar los coches desechados o desguazados por completo debido a factores externos (accidentes, por ejemplo).
Pero, ¿por qué cambiar la batería de un coche eléctrico? El motivo principal es su degradación. La mayoría de estos elementos son de iones de litio, al igual que las baterías de muchos dispositivos que existen en los hogares, aunque con un desarrollo tecnológico mucho más alto. Con el paso del tiempo sus especificaciones tienden a reducirse y perder, por ejemplo, un buen porcentaje de su autonomía eléctrica.
La mayoría de fabricantes apuntan a que las baterías deberían durar en torno a los veinte años. Hasta ahora, pocos coches eléctricos tienen esa edad, por lo que realmente no es algo que se sepa a ciencia cierta. Lo que sí cabe destacar es que pocas han necesitado un reemplazo incluso después de concluir el período de garantía que suele ser de 8 años o 120.000 kilómetros (unas marcas más y otras marcas menos).
En el estudio de Recurrent Auto destacan principalmente dos coches: el Chevrolet Bolt EV y el Hyundai Kona Eléctrico. Sin embargo, esto tiene una explicación. Ambas marcas se vieron obligadas a llevar a cabo una importante llamada a revisión de muchos de sus vehículos debido a un fallo en el sistema de baterías. Algo que quedó solventado después de este reemplazo masivo.
Después de estos dos casos concretos, en la lista se encuentran el Nissan LEAF y el Tesla Model S. El primero de ellos es uno de los más veteranos del segmento. De hecho, los que más sufren un reemplazo de baterías son los matriculados en el año 2011; es decir, más de 12 años de trayectoria vital. En cualquier caso, tan sólo el 8,3% de los LEAF vendidos han necesitado un cambio de batería o, lo que es lo mismo, el 91,7% no lo han necesitado. En el Tesla Model S existe un caso similar, pues los que más han sufrido este reemplazo son los comercializados en el año 2013 y tan sólo hablamos de un 8,5% de los matriculados.
Como era de esperar, entre las baterías menos sustituidas se encuentran las de modelos más actuales, como el Tesla Model Y, el Model 3, el Audi e-tron o el Tesla Model X. Todos ellos con un recorrido vital aún demasiado corto como para contar como un porcentaje destacado en el estudio.
Degradación de las baterías
El mismo informe también publica una serie de gráficos en los que se puede apreciar la degradación que sufren las baterías según su capacidad. El Nissan LEAF, por su parte, es uno de los que mejor aguantan la autonomía inicial, aún después de superar los 160.000 kilómetros (el estudio habla de 100.000 millas). Contrariamente, una de las degradaciones más acusadas la presenta el Tesla Model S con la batería de 100 kWh de capacidad, la cual disminuye notablemente su rendimiento al poco tiempo de comenzar con su labor. De hecho, esta es la versión del Model S que más autonomía pierde porcentualmente con el paso del tiempo, según el estudio.
Otros modelos, como el Ford Mustang Mach-E o el Hyundai IONIQ 5, aún no tienen un recorrido vital tan extenso como para poder analizar su degradación de forma efectiva. Ambos vehículos, después de más de 100.000 kilómetros en su odómetro, cumplen con creces y mantienen una autonomía bastante correcta.
¿Cómo se pueden proteger de la degradación?
Aunque existen unos puntos destacados para que la batería no se degrade con rapidez, por lo general, todos estos dispositivos tienden a perder especificaciones después de unos años de uso. Los elementos principales para protegerlas siempre será una protección a climas extremos, ya sea calor o frío; limitar las recargas súper rápidas; no apurar su carga, es decir limitar su uso a un porcentaje entre el 40 y el 80% de su capacidad, y, por último, inspeccionar su salud cada cierto tiempo.