El pasado 18 de diciembre, el Consejo y el Parlamento Europeo acordaron de forma provisional la Euro 7, el reglamento para la homologación de vehículos de motor, sistemas, componentes y unidades técnicas independientes en lo que respecta a emisiones y durabilidad de las baterías. El nuevo reglamento abarca por primera vez automóviles, furgonetas y vehículos pesados en una única legislación.
Aunque la propuesta inicial contemplaba un fortalecimiento de los límites de emisiones que no deberían ser rebasados, la realidad es que no se han incluido cambios significativos, de modo que el texto actual de la Euro 7 generaliza los umbrales más bajos establecidos por Euro 6. Esta decisión le ha valido para ser aplaudida por algunos fabricantes y criticada por las asociaciones ecologistas.
La Euro 7 también le pone condiciones al coche eléctrico
El acuerdo provisional mantendrá los límites de emisiones de la Euro 6 para turismos y furgonetas, pero reducirá dichos límites para autobuses y camiones. Más allá de las emisiones de gases, introduce límites para las partículas emitidas por los frenos, especialmente en vehículos eléctricos, y establece requisitos de vida útil de la batería.
En cuanto a los niveles de emisión de partículas de freno, también conocidas como partículas finas (PM10), la Comisión de Transportes y Medio Ambiente destaca que los legisladores han acordado medir partículas más pequeñas en comparación con lo estipulado por la legislación vigente y la normativa Euro 6. En el caso de turismos y furgonetas, se establecen los siguientes límites:
- 3 mg/km para vehículos completamente eléctricos.
- 7 mg/km para vehículos híbridos y de pila de combustible.
En cuanto a la vida útil de las baterías, la Euro 7 marca unos límites mínimos de degradación que los fabricantes deberán cumplir y, en su caso, modificar para mejor. Las regulaciones establecen que las baterías de los automóviles deben cumplir estas dos condiciones.
- Mantener al menos el 80% de su capacidad original después de cinco años o 100.000 kilómetros.
- Mantener al menos el 72% de su capacidad tras ocho años o 160.000 kilómetros.
Para el caso de las furgonetas, se fijan parámetros diferentes:
- Mantener al menos el 75% de la capacidad tras cinco años o 100.000 kilómetros.
- Mantener al menos el 67% de la capacidad después de ocho años o 160.000 kilómetros.
Aunque es de esperar que se establezca un procedimiento que estipule la forma de medir la degradación de la batería, por ahora este no se ha dado a conocer.
La Euro 7 y los niveles de emisiones
Los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono e hidrocarburos, así como la masa de partículas, se mantienen inalterados respecto a la Euro 6:
- 60 mg/km para los vehículos de gasolina.
- 80 mg/km para los vehículos diésel.
Sí limita la emisión de partículas sólidas con un diámetro a partir de 10 nm (PN10), en lugar de 23 nm como en Euro 6. En el caso de los autobuses y camiones pesados, el acuerdo alcanzado establece límites más estrictos para diversos contaminantes, incluidos los que no estaban regulados en Euro 6, como el óxido nitroso.
Según señala Transport & Environment (T&E), esto posibilitará que los fabricantes de automóviles "den una apariencia más ecológica a sus nuevos vehículos Euro 7, aunque en la práctica no sean significativamente más limpios que los vehículos Euro 6, establecido en 2014". Muchos fabricantes consideraban que la normativa Euro 7 era innecesaria y costosa y que obstaculizaba las inversiones que ya estaban realizando para electrificar sus gamas de vehículos.
La resolución también reduce las condiciones para las pruebas de emisiones respecto a lo planteado en la propuesta inicial ambiciosa de la Comisión en 2022. Es el caso de los escenarios particularmente altos en emisiones, como el arranque en frío, que finalmente no se han incluido.
Algunos analistas que el sacrificio de los requisitos de la norma Euro 7 responde a un objetivo consensuado: lograr las cero emisiones para los nuevos automóviles a partir de 2035. En marzo de 2023, los Estados miembros votaron la prohibición de la venta de vehículos de combustión a partir de 2035, como parte fundamental del paquete climático europeo "Fit for 55" de Europa. Todos los estados miembros, con la excepción de Italia, Polonia, Rumania y Bulgaria, respaldaron esta medida.