Al igual que suceden en otros muchos dispositivos, con el paso del tiempo las baterías de los coches eléctricos pueden llegar a degradarse en mayor o menor medida. Hasta ahora se conocían datos proporcionados por terceros y totalmente externos a las diferentes compañías fabricantes de vehículos. Sin embargo, ahora, la propia Tesla ha hecho un recopilatorio estadístico con datos propios basados en buena parte de su flota de vehículos eléctricos. El resultado es una cifra concreta de la pérdida de capacidad de sus baterías a lo largo del tiempo que puede considerarse muy cercana a la realidad.
El estudio ha sido publicado en el llamado Informe de Impacto 2022 de Tesla. Según la compañía, han estado trabajando mucho para poder extraer estos datos concretos. El estudio ha sido realizado sobre la plataforma del Model X y Model S; que son los modelos que más kilómetros han recorrido y quemás han podido degradar sus baterías. Más adelante esperan publicar los datos relativos al Model 3 y al Model Y.
La marca norteamericana ha declarado en su informe que tras un recorrido de 200.000 millas (322.000 kilómetros) su batería tan sólo ha registrado un 12%, con respecto a sus niveles de fábrica. Este dato es ligeramente peor que el también publicado por Tesla en el Informe de Impacto 2020, donde puntualizó que la batería perdía un promedio del 10% tras los mismos kilómetros.
¿Por qué esta diferencia? Desde la compañía lo justifican admitiendo que los recorridos realizados entre ambos informes son muy diferentes y los métodos de uso y recargas también han cambiado en las últimas pruebas. Asimismo, las condiciones climáticas pueden interferir levemente en dichos resultados (temperaturas más o menos extremas, entre otras circunstancias).
No obstante, a grandes rasgos, se puede decir que la degradación obtenida es notablemente buena, ya que de media el Model S y el Model X pierden un 1% de capacidad cada 26.816 kilómetros recorridos, es decir, aproximadamente 6 km de autonomía (considerando una media de 600 km a partir de las homologaciones de cada uno de los modelos).
Con estos datos bajo la manga, Tesla afirma que no espera demasiados reemplazos de baterías o coches desechados de cara a los próximos años. Los coches térmicos, por su parte, suelen ser achatarrados tras alrededor de 300.000 kilómetros de uso, por lo que los vehículos eléctricos pueden incluso durar más tiempo, siempre y cuando su propietario no precise de grandes rangos de autonomía. Recordemos que su cifra total irá descendiendo paulatinamente con el paso de los años, aunque, a priori, para la mayoría de casos no debería ser un problema, ya que muchos no suelen exprimir el rango total del coche.
Los Tesla Model X y Model S con los que se ha llevado a cabo esta prueba iban equipados con las baterías NCA de celda cilíndrica de formato 1865 suministradas por Panasonic. En un próximo informe, la marca, además de incluir los dos modelos más accesibles, también estudiarán la degradación en otras baterías que también adoptan. Entre los datos que se revelarán en un futuro estarán las baterías con celdas cilíndricas 4680.