Ni siquiera una cartera de pedidos relativamente alta para un primer producto garantiza el éxito a un nuevo fabricante de coches eléctricos. Ese es el caso de Lordstown Motors, que planteaba un serio rival para los Ford F-150 Lightning, Tesla Cybertruck y Rivian R1T, pero lo cierto es que la compañía americana está a punto de declararse en quiebra a causa de una potencial pérdida del apoyo de su principal socio.
Puede que el nombre de Lordstown no suene demasiado en Europa, pero sí lo hace el de su socio más importante, Foxconn. Se trata de una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, encargada de fabricar dispositivos tan conocidos como el iPhone, la PlayStation, los Kindle o las cámaras GoPro. Con sede en Taiwán, en los últimos años Foxconn ha buscado abrir su campo de acción centrando un gran capital en el mercado de los coches eléctricos. Incluso cuenta con una marca propia, Foxtron, y un primer coche, el Model B, un compacto diseñado por Pininfarina que ofrecerá hasta 450 kilómetros de autonomía.
Sin embargo, Foxconn no quiere poner todos los huevos en la misma cesta y, de ahí, que haya invertido en otras incipientes compañías como Lordstown Motors. En un acuerdo muy provechoso para ambas partes, los taiwaneses han ido desembolsando grandes cantidades de dinero para ayudar con las primeras etapas y, de paso, hacerse con el poder de dos puestos de la junta directiva. En mayo del año pasado, Foxconn oficializó la compra de una fábrica de General Motors en Estados Unidos por la módica cantidad de 230 millones de dólares. Las instalaciones debían servir como sede oficial y como centro de ensamblaje de su primer vehículo.
Foxconn entró en la órbita de Lordstown Motors atraídos por el enorme potencial de su primera unidad, el Lordstown Endurance. Se trata de una pick up de aspecto único que ofrece 600 CV de potencia, una autonomía ligeramente superior a los 400 kilómetros y una capacidad de remolque de hasta 3,4 toneladas. Todo ello por un precio aproximado de 45.000 dólares. El proyecto tenía tan buena pinta que la Endurance acumuló más de 100.000 pedidos antes incluso de ver la luz. Muchos de los pedidos procedían de flotas de empresa que han llegado a solicitar hasta 600 unidades cada una.
Sin embargo, a pesar de las buenas noticias, el tiempo ha pasado y Lordstown no ha evolucionado de la forma en la que se esperaba. El mes pasado los americanos recibieron una carta de Taiwán donde se advertía de una posible retirada de capital por un posible incumplimiento de contrato. Foxconn debía inyectar otros 47,3 millones de dólares a la compañía como parte de un acuerdo previo por la compra de otro paquete de 26,9 millones de acciones. El precio por título parece haber sido el problema principal. Semanas antes, Nasdaq, el mercado de valores de empresas tecnológicas en Estados Unidos había emitido una seria advertencia sobre la compañía de Ohio.
Nasdaq podría eliminar las acciones de Lordstown de su cartera de productos, al acumular más de 30 días con una valoración inferior al dólar por acción. Por el momento, tal y como informa Reuters, las compañías se encuentran negociando un nuevo acuerdo que les permita mantenerse con vida. Lordstown Motors ha advertido que se encuentra a punto de paralizar las actividades si Foxconn se retira de la apuesta. A los taiwaneses tampoco les interesa esta maniobra dada la gran cantidad de dinero invertida. Hasta la fecha, las acciones siguen en caída libre. Actualmente cotizan a 40 centavos por título.