Los todoterrenos eléctricos de Rivian no son precisamente asequibles, aunque la crítica ha sido prácticamente unánime en que son realmente buenos. Sin embargo, y pese a tener unos precios elevados, la compañía estadounidense pierde un auténtico dineral por cada coche que vende.
Empezar desde cero una compañía de automóviles no es tarea sencilla. Un claro ejemplo es Tesla, que ha conseguido triunfar después de haber quemado ingentes cantidades de dinero y estar varias veces a punto de quebrar. Ahora es Rivian quien está experimentando las dificultades de producir un coche en serie y, además, intentar escalar su producción.
El director ejecutivo de Rivian, RJ Scaringe, ha pedido a sus ingenieros y directores financieros que reduzcan 40.000 dólares los costes de cada vehículo, tanto en piezas como en otros gastos de producción, según señala The Wall Street Journal. La razón es que, actualmente, Rivian está perdiendo 33.000 dólares con cada coche que vende, algo más de 31.000 euros al cambio actual.
Para ponerlo en contexto, el dinero que pierde la empresa con cada uno de sus vehículos eléctricos (actualmente tiene dos modelos, el R1T y el R1S) es, aproximadamente, lo que cuesta una Ford F-150 básica de combustión en Estados Unidos. Una cantidad muy importante que, de momento, se está sobrellevando gracias al fondo de efectivo que tiene la compañía, de alrededor de 18.000 millones de dólares.
Según los analistas del WSJ, parte de ese agujero financiero se debe a dos factores. Por un lado, la factoría de Rivian en Illinois funciona solamente a un tercio de su capacidad, y una fábrica que opera con tan baja producción es una máquina de perder dinero. A esto se añade que los todoterrenos de Rivian son más caros y lentos de producir que una Ford F-150 eléctrica, por ejemplo, con quien compite en el mercado.
Por otro lado, el Wall Street Journal señala que los malos acuerdos que Rivian hizo con proveedores en años anteriores están pasándole factura. La compañía tuvo que aceptar condiciones no demasiado ventajosas y pagó mucho dinero por los componentes del vehículo, según el citado medio estadounidense. Uno de los objetivos de Scaringe es poder renegociar los precios con los proveedores para reducir gastos.
Sin embargo, analistas económicos señalan que la reducción de costes podría no ser suficiente para que Rivian pueda ganar dinero, con lo que tendrá que recurrir a la opción menos popular: aumentar los precios de sus coches. El año pasado, la compañía ya incrementó el precio de algunas versiones en hasta un 20%. Actualmente, la Rivian R1T más barata cuesta 73.000 dólares, pero desde la consultora Wells Fargo señalan que Rivian debería subir sus precios hasta los 100.000 dólares, de media, para poder tener beneficios a finales de 2024. Ampliar la producción de la fábrica es otro factor clave.
A estas dificultades se añadirá otro hándicap más dentro de poco: el Tesla Cybertruck. Tesla ya ha empezado a fabricar sus primeras pick-ups eléctricas, que le pondrán las cosas aún más difíciles a la R1T de Rivian. Habrá que ver cómo afecta esto a las demás pick-ups cuando Tesla alcance un ritmo de producción realmente grande, imprescindible para poder dar abasto a todas las reservas que tiene.
