Corría el año 2017: todos éramos más jóvenes y la pandemia era solo una hipotética pesadilla. En aquellos tiempos, mejores tiempos, Tesla presentó al mundo su más espectacular y bella criatura, el Tesla Roadster. Desde entonces, ríos de tinta han corrido sobre el impresionante deportivo eléctrico, pero ninguna realidad en ya cinco años de espera. Sin embargo, su diseñador jefe acaba de realizar unas declaraciones en las que afirma que están trabajando en él.
Las palabras concretas de Franz von Holzhausen, diseñador jefe de Tesla, han sido que trabajan "febrilmente" en el hipercoche eléctrico, y que será una "máquina voladora emocionante". Palabras que, en realidad, no suponen absolutamente nada si no van acompañadas de alguna evidencia clara que deje claro su veracidad. Una vez más, las declaraciones parecen resultar una mera propaganda y una manera desesperada de mantener viva la llama del proyecto Roadster.
La nueva fecha de finalización del proyecto es el 2023. Una estimación que se antoja muy estrecha pues hasta la fecha no hemos tenido conocimiento de ningún detalle y ninguna unidad de pruebas se ha dejado ver en algún momento. Si fuera cierto el lanzamiento el año que viene, Tesla habría dejado ver algo sobre el Roadster, tal y como ha hecho con el Tesla Semi o el Tesla Cybertruck. A ambos sí los hemos podido ver en diferentes puntos de su etapa de desarrollo.
Los de Austin son muy listos en el juego de los posados robados. Controlan muy bien ese tipo de acciones, y desde hace años ningún Tesla Roadster se ha dejado ver por ningún lado. Ni siquiera en uno de los habituales vuelos de dron sobre las múltiples instalaciones que tienen. Lo más reciente es que los libros de pedidos se habían cerrado y que pronto daría comienzo la producción. Todo ello nos lleva a pensar que las palabras de von Holzhausen no son más que otra forma de mantener atento al público. Dando poco o nada nuevo.
También es normal que cada nuevo proyecto de Tesla sufra considerables retrasos. Los estrechos márgenes con los que trabajan casi nunca resultan efectivos, pero se hacen pensando en los accionistas y la publicidad. A principios de este mismo año, Elon Musk afirmó que por el momento no se iba a ampliar la familia Tesla. La gama de productos actual es satisfactoria, y las capacidades de producción son limitadas. La compañía no se puede permitir el lujo de desviar la atención de su flota principal en lanzar un coche del que van a vender un puñado de unidades en todo el mundo.
El Tesla Roadster no solo será el coche más rápido y potente de la gama, también será el más caro con un precio que puede alcanzar los 250.000 dólares para las versiones más extremas. Sabedores de que son pocas las unidades que van a conseguir vender, la atracción se centra en otros productos, incluso el robot Tesla bot parece estar mejor posicionado en la lista de prioridades de la casa. De cualquier forma, dentro de unas semanas o meses volveremos a escuchar comentarios tan "febriles" como los que ha realizado el jefe de diseño.