Donald Trump asegura que va a salvar a la industria del automóvil en Norteamérica si sale escogido como presidente del país el 5 de noviembre de este mismo año. Eso implica acabar con lo que ha asegurado es una 'imposición' del coche eléctrico, además de ponérselo más difícil a todos aquellos fabricantes que decidan producir fuera de Estados Unidos.
El que ya fuera presidente, ha criticado con dureza la política llevada a cabo estos años por su rival, Joe Biden, que recientemente ha retirado su candidatura a la presidencia, lo que pone a Trump más cerca de la victoria en las elecciones.
Trump dice que salvará a la industria del automóvil norteamericana
El líder republicano afirma que ya desde el primer día de su mandato habrá una respuesta a la industria del automóvil local, empezando por terminar "con la obligación de usar vehículos eléctricos".
De ese modo, asegura que salvará al sector de la "destrucción total", y que permitirá "ahorrar miles y miles de dólares a los clientes estadounidenses". Se refiere, de forma indirecta, a las políticas de la Agencia de Protección Ambiental de Norteamérica, que sin prohibir el vehículo de combustión, sí que complican su continuidad por las restricciones que hace a los fabricantes de coches.
Junto a esas declaraciones, le ofrece su mano a China para que fabrique en Estados Unidos. En sus palabras encontramos frases como que "China está construyendo grandes fábricas al otro lado de la frontera, en México". Vehículos que, asegura, luego se acaban vendiendo en el país.
La respuesta de Trump a esto es tajante, pues sentencia que "esas plantas se construirán en Estados Unidos y nuestra gente se encargará de ellas".
Unos hechos que, de no producirse, traerían consecuencias como la imposición de aranceles de importación de hasta el 200% por cada coche que quiera entrar al país, y eso es algo que podría afectar de igual modo a China, a Europa y a cualquier otro territorio extranjero que quiera comercializar sus vehículos allí.
Será más duro que Joe Biden
Recordemos que, desde mayo, Joe Biden aplica a los coches eléctricos chinos unos aranceles del 100%, que son cuatro veces las tasas impuestas hasta ese momento. De tomarse las medidas anunciadas por Trump, si es elegido presidente, estaríamos hablando de duplicar la tasa de derechos de importación actual, con el objetivo de proteger la producción local.
Ya en otros discursos, el candidato republicano avisó de que serían duros con aquellos que fabrican fuera de sus fronteras y, aunque no nombra a ninguna marca en concreto, BYD está estudiando la posibilidad de levantar una enorme fábrica en México.
Estaríamos hablando de una medida sin precedentes en la industria del automóvil, mucho más dura que la llevada a cabo hasta ahora por Biden, quien está siendo especialmente criticado por el Gobierno chino debido a su política proteccionista, que deja fuera de las ayudas a la compra norteamericanas a los coches chinos, entre otras iniciativas que buscan obligar a las empresas a establecerse plenamente en el país.