Donald Trump afronta los últimos meses de campaña hacia la que podría ser su vuelta como presidente de Norteamérica, un regreso que cambiaría algunas políticas en el país de forma radical, pues actualmente gobierna el partido de Joe Biden. Y en cuanto a lo referente al vehículo eléctrico, el aspirante republicano siempre ha mostrado su buena relación con Elon Musk.
Que el consejero delegado de Tesla haya respaldado a Trump, quiere decir que, de conseguir la presidencia, tendría que apoyar a los coches eléctricos en el país, aunque siempre con su particular forma de hacer las cosas.
Tesla y Trump son aliados
Así lo ha reconocido Donald Trump en una entrevista Business Insider, en la que literalmente ha reconocido que "no tiene otra opción que apoyarlos". Eso sí, ha criticado duramente a la administración de Biden por la forma en la que han hecho las cosas.
Lo que el republicano considera es que "no todo el mundo tiene que tener un coche eléctrico", por lo que luchará por evitar esa imposición cada vez mayor, de forma que las personas puedan decidir si quieren tener un vehículo de gasolina, híbrido o eléctrico.
Trump, sentencia que quieren que haya todo tipo de vehículos en Norteamérica, y que se ponga freno al plan para vender más coches eléctricos, esa que obliga a los fabricantes a que la mitad de sus ventas en 2030 sean de automóviles cero emisiones.
Por su parte, Elon Musk reforzó su apoyo a la candidatura a la presidencia de Donald Trump desde el reciente atentado al mismo, en el que se intentó acabar con su vida. Eso sí, el CEO de Tesla ha negado los rumores de una donación de 45 millones de euros al partido republicano, tal y como apuntaron algunos medios norteamericanos.
Más apoyo a los fabricantes locales
Lo que también ha venido asegurando Trump en las últimas semanas es que protegerá todavía más a los fabricantes locales, y subirá los aranceles de importación todo lo necesario (la propuesta de Biden fue elevarlos del 25 al 100%) para que a nadie le salga rentable fabricar fuera del país para luego venderlo allí.
Otra medida de la que sacaría ventaja Elon Musk, pues una parte importante de la construcción de sus vehículos tiene lugar en Estados Unidos, pero que afectaría especialmente a China y a Europa, además de a cualquier otro territorio extranjero que quiera vender en suelo americano.
Hablaba de subidas del 200%, pero sin límites a aplicar cualquier tipo de medida que proteja a sus empresas.