Europa y China siguen adelante con su particular guerra comercial. Los dos continentes están enfrentados con el coche eléctrico como principal foco de atención. Bruselas ha dado los primeros pasos con la fijación de nuevos aranceles que gravan la llegada de vehículos procedentes de Asia. China ha respondido con notables quejas a esas nuevas tasas que ahora el Parlamento Europeo parece haber atendido. Los políticos reducen los porcentajes, pero los impuestos siguen beneficiando a unos y perjudicando a otros. Dos conocidas e importantes marcas europeas también se ven beneficiadas por el acuerdo.
A mediados del pasado mes de junio, Bruselas puso en marcha una nueva estrategia comercial para intentar frenar la llegada de vehículos procedentes de Asia. Con efecto casi inmediato, todo coche fabricado en China y vendido en Europa debía enfrentarse a nuevas tasas fronterizas. Tras una investigación puesta en marcha en 2023, los parlamentarios europeos han mostrado un trato de favor con aquellas marcas que han mostrado transparencia con los emisarios. Aquellas que no han participado activamente en la investigación han sido castigadas con impuestos más altos, hasta el 38,1% en el peor de los casos.
Castigados por fabricar en el extranjero
Europa no ha distinguido entre fabricantes y eso ha supuesto un duro varapalo para marcas como BMW y Volkswagen. Ambas marcas han apostado por producir en China y exportar a Europa modelos para las marcas MINI y CUPRA. El caso más cercano es el del CUPRA Tavascan. El segundo y más reciente modelo eléctrico de la firma española se produce exclusivamente en China, siendo el primer vehículo de la casa en hacerlo. El próximo año Audi seguirá el mismo camino con el Audi A6 e-tron Avant. Por su parte, BMW, ensambla en China varios modelos de la casa MINI, aunque en este caso ya se están dando los pasos adecuados para derivar los trabajos a la fábrica de Inglaterra.
Tras la activación de los nuevos aranceles, BMW y Volkswagen se quejaron ante Europa por ese trato supuestamente desfavorable. El pasado día 20 de agosto, el Parlamento emitió una nueva tabla de impuestos para vehículos importados desde China. En un primer momento llamó la atención el claro trato de favor para con Tesla. China fabrica todos los Model 3 a la venta en Europa y varias versiones del Model Y. Su importancia para la electrificación del parque continental es clave y por eso los americanos son los únicos que se benefician de una tasa arancelaria del 9%, frente al 20,8% impuesto en junio.
BYD reduce su impuesto hasta el 17%, Geely hasta el 19% y SAIC, sigue siendo la más perjudicada, hasta el 36,3%. BMW/MINI y Volkswagen tendrán que pagar un impuesto adicional del 21,3%, el mismo porcentaje al que se enfrentan otros fabricantes extranjeros como Dongfeng o NIO. Esta tasa se suma al 10% que ya tenían que abonar hasta la fecha, lo que supone que los alemanes tendrán que pagar un 31,3% de impuestos por cada vehículo que cruce las fronteras de la unión. Por el momento nadie del entorno de las compañías ha hecho declaración alguna.