Han pasado casi tres años desde el anuncio de retirada por parte de Nissan de sus instalaciones de Barcelona. El pasado 2021, después de muchas negociaciones, la firma japonesa daba por concluida su labor y hacía efectivo su cierre. Ahora, más de un año después, ha finalizado el proceso de reindustrialización de los terrenos, los cuales han sido adjudicados a Goodman, el gigante inmobiliario, y a las compañías QEV Technologies, BTech e Improva. Por esa parte, en la planta se esperan producir más de 70.000 vehículos eléctricos para 2025 con la recuperación de la marca Ebro.
En la mañana del pasado 13 de marzo de 2022, con la presencia de Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona; Ignacio García, director de Goodman en España; Joan Orús, consejero delegado de QEV Technologies, y Frank Torres, responsable de Operaciones Industriales de Nissan en España, se firmó la cesión definitiva de los terrenos. Durante el acto también estuvio presente la ministra de Industria, Reyes Maroto.
Aunque la adjudicación definitiva del proyecto ya se había llevado a cabo el pasado mes de febrero, aún estaba pendiente la formalización de la firma entre CZFB y Goodman, por un lado, y entre Nissan y las compañías tecnológicas (QTev y BTech) por otro.
Sin embargo, Nissan no abandonará por completo la Zona Franca de Barcelona, puesto que, del total de las instalaciones (500.000 metros cuadrados), aún conservará 38.000 metros cuadrados que los empleará como centro técnico. El resto de la planta se repartirá aproximadamente en 300.000 metros cuadrados para la fabricación de los modelos eléctricos de Ebro; 100.000 metros cuadrados para Goodman, y unos 68.000 se destinarán a la producción de vehículos eléctricos de Silence, quienes ya comenzaron con sus operaciones el pasado mes de julio. Ahora, después de la formalización de la firma, Goodman será la empresa arrendataria de la mayor parte del terreno.
Los extrabajadores permanecen a la espera
Por otro lado, de los más de 2.500 antiguos trabajadores directos de Nissan, un total de 1.400 aún esperaban su anuncio de recolocación. El resto se ha repartido entre los 1.100 que obtuvieron la prejubilación y los 287 pertenecientes al centro técnico. Del total que todavía espera su contratación, 60 de ellos fueron absorbidos por la fábrica de Silence y 60 ya habrían encontrado salida en otras empresas.
Finalmente, 600 de ellos aspiran a ser contratados en este 2023 para la producción de los mencionados modelos eléctricos de Ebro, mientras que otros 650 aún estarían esperando una alternativa. Desde Goodman aseguran que están trabajando en fórmulas para poder contratarlos a todos. Una de las salidas podría ser la realización de tareas que anteriormente se externalizaban, como los servicios de limpieza.
“En 2024 queremos que ya no haya trajadores de Nissan en paro”, aseguró Joan Orús durante la firma. Desde los sindicatos han apuntado a que el acuerdo de las instalaciones incluye un desembolso de siete millones de euros para acelerar la reincorporación de los afectados por la salida de Nissan.
