Tesla se enfrenta a cargos penales relacionados con su gigantesca fábrica de coches eléctricos de Berlín-Grünheide, en Alemania, después de que grupos ecologistas germanos hayan acusado al fabricante estadounidense de contaminación del agua, lo que supondría un delito medioambiental.
La Asociación para la Naturaleza y el Paisaje de Brandeburgo (VNLB, por sus siglas en alemán) ha presentado tres cargos penales ante la oficina del fiscal en Frankfurt (Oder), uno de ellos dirigido contra los responsables de Tesla Manufacturing Brandenburg SE y las empresas ejecutoras de las obras por "sospechas de contaminación del agua" y un posible delito grave contra el medioambiente.
La asociación también ha presentado una acusación contra Sascha Gehm, primer concejal de Oder-Spree y jefe del Departamento de Construcción, Orden y Medio Ambiente, por "falta de supervisión y control" en las obras de la Gigafactoría berlinesa de Tesla. Gehm es actualmente el candidato de la CDU para las próximas elecciones de distrito, por lo que estas acusaciones podrían tener consecuencias a nivel político. La tercera denuncia también está dirigida contra Tesla y hace referencia al presunto inicio anticipado de las obras de la estación Tesla-Süd, antes de tener todos los permisos de construcción necesarios.
Desde que se confirmase el emplazamiento de la fábrica en Grünheide, diferentes asociaciones ecologistas locales han estado en contra de Tesla y su planta de vehículos eléctricos (también iba a producir baterías localmente, aunque Tesla ha cancelado los planes para trasladar la producción a Estados Unidos). Alegando quejas como la deforestación de la zona o el uso abusivo de agua, los ecologistas han intentado paralizar o retrasar las obras de unas instalaciones que ya trabajan con un ritmo de producción elevado.
En dos de las denuncias, el VNLB se refiere a la instalación supuestamente ilegal de 104 pilotes que Tesla colocó en el aparcamiento exterior de la fábrica a principios del pasado febrero para la construcción de un "pabellón solar", un techo con placas solares sobre las plazas de estacionamiento. Según el grupo ecologista denunciante, "los pilotes se colocaron sin la autorización de las autoridades especializadas pertinentes y sin una investigación hidrológica previa", lo que supuestamente violaría el Código Penal alemán. Además, como decíamos anterioremente, el grupo acusa a Gehm de no haber detectado ni sancionado a tiempo dichas irregularidades. Los trabajos de Tesla no fueron autorizados por las autoridades locales porque Tesla no había solicitado permisos.
Según la asociación ecologista, dichos pilotes de cimentación podrían estar alcanzando y afectando los acuíferos, contaminando las aguas subterráneas que abastecen a los hogares de la zona. La longitud de los pilotes que ha colocado Tesla en el suelo arenoso de Brandenburgo es de entre cinco y siete metros. Y cada metro es importante, ya que el agua subterránea en esa zona está a sólo seis o siete metros de la superficie.
A día de hoy todavía se desconoce qué acciones tomará la fiscalía con estas acusaciones, que ya cuentan con el respaldo de la Oficina del Agua de Strausberg-Erkner (WSE), la cual ha expresado sus preocupaciones a este respecto. La colocación de pilotes está prohibida con el objetivo de preservar la calidad del agua potable. No obstante, se pueden emitir exenciones tras una rigurosa valoración del impacto medioambiental en cada caso. Sin ir más lejos, el taller de prensas de Tesla se construyó utilizando este método. Por su parte, Sascha Gehm comentó en redes sociales que "la acusación es una tontería", añadiendo que "ninguna empresa está tan controlada como Tesla" y asegurando que el agua subterránea nunca ha estado en peligro durante las obras de la fábrica.
