La electrificación no es suficiente. Es la principal conclusión de la Agencia Internacional de Energía (AIE) en su publicación anual World Energy Outlook, que contempla diferentes escenarios de uso energético en el futuro. En este sentido, el organismo que asesora que asesora a Estados en materia de política energética presenta unos pronósticos nada halagüeños.
Una mayor electrificación puede derivar en que la demanda de petróleo alcance su máximo histórico en 2030. Las emisiones de dióxido de carbono de las empresas públicas ha crecido a un promedio del 2,3% en los últimos años; la producción global de dióxido de carbono aumentó un 1% el año pasado y se espera que alcance su mayor nivel en 2018. La preocupación global ante estas alarmantes cifras propició que incluso la ONU publicase un informe en el que pedía una inversión anual de más de 2.000 millones de euros destinada al uso de energías limpias. "La electrificación es una parte necesaria de la descarbonización, pero solo ayuda si el sector se mueve rápidamente hacia las cero emisiones", explicó Lauri Myllyvirta, analista de Greenpeace, en una entrevista en la cadena Bloomberg.
Según la AIE, la electrificación debería formar parte de un paquete de políticas energéticas que partan del compromiso de los Estados. El objetivo, para el organismo, es no solo el de reducir las emisiones. También mejorar la eficiencia energética. En la actualidad, la electricidad representa el 19% del total del consumo de la energía global, pero podría llegar a un 65% si la electrificación de la movilidad entra en vigor en todos los países del mundo. Otras energías renovables, como la eólica o la solar, proporcionan ahora el 6% de la energía total frente al 0,2% que representaba en 2000. Además, la inversión en el sector eléctrico superó los 700.000 millones de euros en 2017, un presupuesto mayor que el invertido en petróleo o gas.
Uso de la energía en 2040. Fuente: Agencia Internacional de Energía/Bloomberg
La descarbonización tiene una fecha marcada en rojo: el año 2040. Para entonces, las previsiones indican que las renovables se habrán impuesto. Especialmente en Asia, que lidera el crecimiento mundial en el uso del gas natural acaparando más de la mitad del consumo, y representa el 60% del aumento progresivo en el uso de las energías eólicas y solar. Sin embargo, si solo Asia se compromete a electrificar su movilidad, también serán responsables del crecimiento derivado del uso del carbón y la energía nuclear debido a la disminución del resto del combustible en otras partes del mundo. La electrificación es un paso importante para detener el cambio climático, pero no el único que hay que dar.