La electrificación cambiará totalmente la industria de la automoción. No solo las marcas deben transformarse, sino que también las empresas que dependen de los vehículos deberán adaptarse a la nueva era de los coches híbridos y eléctricos. Además, se abrirán muchas puertas para pequeñas empresas especializadas en tecnología y sistemas eléctricos, mientras que las compañías tradicionales tendrán que afrontar la transformación. La electrificación está sacudiendo las cadenas de suministros y solo los que se adapten, aportando nuevas soluciones tecnológicas para eliminar las emisiones de las carreteras, tendrán un lugar en la nueva industria automotriz que se avecina.
Menos componentes, más eficiencia
Aunque los vehículos 100% eléctricos utilizarán muchos menos componentes que los actuales, incluso los híbridos tienen sistemas de administración de energía que dependen del software y de los semiconductores, dos campos donde los proveedores tradicionales y los fabricantes están empezando a trabajar para dominar la técnica. Sin embargo, hay empresas que ya tienen los conocimientos para competir en estos ámbitos y parten con ventaja en una industria cambiante.
Instalaciones de Punch Powertrain.
Punch Powertrain es un proveedor chino de transmisiones con sede en Bélgica que produce, más o menos, un millón de unidades al año. Sin embargo, el camino para llegar hasta aquí ha sido largo, con varios cambios de propiedad y la crisis de por medio, evitando que la especialización en la electrificación se terminara de concretar. En 2016, Yinyi, una empresa china, adquirió Punch Powetrain y apostó decididamente por el desarrollo de componentes eléctricos. A principios de mayo, el Grupo PSA anunció que sería la compañía china la que les proporcionaría transmisiones para sus vehículos híbridos de 48 V a partir de 2022. Además, este año, Punch Powertrain lanzará al mercado un tren motriz eléctrico completamente desarrollados por ellos mismos.
Externalización de componentes
Durante los próximos años, los fabricantes de automóviles invertirán grandes cantidades de dinero en la electrificación de sus vehículos y se centrarán en reducir costes mediante el desarrollo de plataformas globales que eviten inversiones innecesarias. Lo mismo pasará con los componentes y sistemas requeridos para los modelos eléctricos y, cada vez, confiarán más en compañías externas que les provean de tecnología ya desarrollada y probada que solo deben comprar.
Como ejemplo de este hecho está Prodrive, una compañía que se hizo famosa construyendo vehículos de carreras. Ahora, sin embargo, entre un 65 y un 70% de su negocio está en la electrificación. En 2016, Ford contrató a la empresa para desarrollar la Transut Custom híbrida enchufable en un plazo de 18 meses. Muchos de los componentes del modelo proceden de distintos proveedores y Prodrive tuvo incluso que hacer retoques en la plataforma para adaptarse a las necesidades de Ford. Tras producir 20 furgonetas para pruebas en Londres, se espera que en 2019 entre a producción la versión definitiva.
Prodrive, de creador de vehículos de carreras a líder en electrificación.
Los cambios que llegarán
Las empresas que ahora empiezan a recibir encargos de parte de los fabricantes llevan años desarrollando su tecnología y se han rodeado de los mejores ingenieros en materia de electrificación. "Tenemos peticiones dos veces al mes de fabricantes que quieren hacer un eléctrico. Tener buenos ingenieros es complicado actualmente por la gran cantidad que van a los fabricantes tradicionales y las nuevas empresas", afirmó David Taylor, director de tecnología avanzada de Prodrive, en Autonews.
Pero los cambios no se quedarán solo en la industria del automóvil, ya que la aeroespacial también está empezando a mirar a la electricidad. Además, cuando los vehículos eléctricos vayan ganando fuerza en el mercado llegarán cambios mucho más importantes. Gran parte del valor del vehículo estará en el software y empresas tecnológicas como Toshiba, LG o Samsung entrarán en el juego como proveedores de tecnología y sistemas, que serán lo que realmente marque las diferencias entre un vehículo u otro. Por otro lado, a la vez que suben las ventas de eléctricos, muchos analistas prevén un cambio radical en el panorama de los proveedores, con los nuevos y especializados ganando mucho peso en detrimento de los tradicionales, que siempre irán a la cola en cuanto a tecnología.
Un vehículo nunca volverá a ser un motor, una silueta y cuatro ruedas. Un coche, ahora, es seguridad, tecnología, conectividad, infoentretenimiento, sostenibilidad y eficiencia. Los vehículos cambian y la industria lo está haciendo también.