Las baterías con celdas 4680 son (o eran) uno de los proyectos más ambiciosos de Tesla, pero su desarrollo ha estado lleno de problemas. Y el límite de la paciencia de Elon Musk con este proyecto podría tener una fecha ya marcada en el calendario.
Las celdas 4680 se anunciaron en 2020 como una "ruptura" con lo establecido en la actualidad, unas pilas que prometían mejorar en todo, y por bastante, a las actuales. Hasta 6 veces más potentes, más baratas de fabricar, una carga más rápida y capaces de proporcionar un 16% más de autonomía. Sobre el papel, todo era fantástico.
Había otro aspecto importante con estas celdas y es que son las primeras desarrolladas íntegramente por la propia Tesla. La compañía estadounidense quería diseñar y fabricar sus propias baterías para reducir la dependencia de proveedores externos, como Panasonic o BYD (sus dos principales proveedores actualmente). Esto permitiría a Tesla aumentar la producción de sus vehículos a menor coste.
Pero el desarrollo de las celdas 4680, y sobre todo el proceso de fabricarlas en masa, han estado muy lejos de ser fáciles. De hecho, intentar fabricarlas en la escala necesaria está siendo poco menos que una pesadilla. Tesla ha conseguido escalar la producción hasta una magnitud de gigavatios-hora, pero dicha producción sigue muy por debajo de las expectativas de la empresa. Actualmente, estas celdas sólo se están utilizando en la Cybertruck, la pick-up eléctrica de la marca, y en algunas unidades del Model Y a modo de prueba.
Si no se resuelven los problemas de la celda 4680, Tesla podría abandonar el proyecto. Y es que Elon Musk, que siempre está muy encima con los proyectos de sus compañías, ha puesto como límite el final del año para ponerle solución. Según revela The Information, el pasado mes de mayo Musk le dijo al equipo que trabaja en estas baterías que aumentaran sus esfuerzos para reducir costes y mejoraran la tecnología, dándoles de plazo hasta finales de este año para conseguirlo.
Además de los problemas para aumentar su producción a una escala suficiente, las celdas (llamadas así porque tienen 46 milímetros de diámetro y 80 milímetros de alto) tienen un problema técnico un tanto espinoso que puede hacer que las baterías fallen mientras se usan, relacionado con el recubrimiento seco del cátodo, una tecnología determinante en la mejora de las prestaciones de las celdas 4680.
¿Es probable que Tesla tire la toalla con este proyecto? La paciencia tiene un límite y no tener la rentabilidad esperada pasa factura (nunca mejor dicho). No es una decisión a la ligera, pues se anunciaron hace cuatro años y los problemas persisten. Sin embargo, Tesla ha invertido mucho dinero en esta tecnología, no sólo en el desarrollo y la investigación; una buena parte de la gigafactoría de Texas se ha construído en torno a la producción de las celdas 4680.
Abandonar el proyecto sería una decisión drástica y tendría un impacto significativo en su estrategia. Además, Tesla dijo hace poco que para finales de año esperaba mejorar el coste por kWh en comparación con el de sus proveedores. Aunque a menor escala de la prevista, quizá sería interesante desde el punto de vista estratégico tener sus propias celdas. Conforme se acerque el final del año, veremos si Tesla consigue solucionar los problemas de las 4680 o acaba abandonando el proyecto, al menos a gran escala.