Hace cosa de un año conocíamos las intenciones de un fabricante japonés de volver a comercializar un coche con sistema de propulsión de pila de combustible de hidrógeno, una tecnología que había perdido fuelle en los últimos años y que vuelve a sonar como una alternativa viable a los combustibles fósiles.
Lo más conocido a nivel mundial, en cuanto a hidrógeno se refiere, son los modelos Hyundai Nexo y Toyota Mirai, como antaño lo fue el Honda Clarity Fuel Cell antes de finalizar su etapa comercial allá por 2021. Ahora, la marca quiere volver al lugar que ocupó hace apenas tres años.
Lo hará a lo largo de este mismo 2024, eso sí, con una importante evolución en el esquema mecánico de lo que han denominado Honda C-RV FCEV. Por supuesto, la base utilizada es la del modelo que comercializa y ya tenemos un avance de cómo luce el inminente SUV de hidrógeno.
El vídeo muestra al modelo con una carrocería pintada acorde a lo particular de su sistema de propulsión, que es lo interesante de todo, ya que por fuera no deja de ser un C-RV con algunos retoques estéticos, que se pueden apreciar especialmente en el frontal del vehículo.
La producción del coche será limitada, pero también tres veces más barata de lo que costaba sacar adelante cada unidad del Honda Clarity Fuel Cell al que sustituye. Sólo se van a comercializar 2.000 unidades al año y, Estados Unidos y Japón, de momento, serán los mercados a los que van a ir destinados estos CR-V de hidrógeno.
Lo curioso de esta mecánica de pila de combustible de hidrógeno es que es una tecnología híbrida enchufable, pues permitirá enchufarlo a una toma de corriente como cualquier otro vehículo 100% eléctrico.
De esa manera, buscan convencer en un momento en el que las infraestructuras de repostaje de hidrógeno son realmente escasas. Además, el sistema de carga será bidireccional, por lo que permitirá alimentar otros dispositivos electrónicos externos.
La propuesta de Honda parece la solución más lógica, al menos hasta que no haya una apuesta firme en materia de infraestructuras. Honda, de hecho, no espera que los coches de hidrógeno se popularicen hasta al menos dentro de 15 años.
Un primer paso del fabricante será aumentar la producción de sus vehículos con esta tecnología hasta las 60.000 unidades al año en 2030 y, en 2035, ya representarán una cifra con seis dígitos.
Todo esto irá acompañado de una reducción de costes de construcción, que se verán reflejados en el coste final para el cliente.
Por delante, quedan muchos retos para que esta tecnología termine de calar en las carreteras de todo el mundo, empezando por una red de suministro suficiente y segura que permita el repostaje de este elemento libre de emisiones. Hasta entonces, estamos hablando de un laboratorio de pruebas, que podría llegar en algún momento a Europa, aunque no está confirmado que esto vaya a ocurrir a corto plazo.