El fabricante de motores Cummins y Buhler Industries, fabricante de tractores bajo la marca Versatile, han anunciado la firma de una carta de intenciones mediante la cual afianzan su compromiso de utilizar motores Cummins de hidrógeno en los mayores y más potentes tractores de Versatile.
La descarbonización del sector agrícola es tan necesaria como la del cualquier otro, sin embargo el propio trabajo que realiza la maquinaria agrícola en el día a día hace muy complicada la electrificación que estamos viviendo con el automóvil. Especialmente en los tractores de gran tamaño, cuya demanda de energía es muy elevada.
En ese contexto, los motores de combustión de hidrógeno se erigen como una alternativa perfecta: baja en emisiones y con el mismo nivel de prestaciones de los motores diésel actuales. Aunque la tecnología está dando sus primeros pasos ahora, dos firmas tan importantes como Cummins y Buhler han firmado un primer acuerdo para implantar el motor Cummins X15 de 15 litros de cilindrada en los tractores más grandes de Versatile.
Una de las ventajas de esta tecnología es la gran homogeneidad entre los componentes del motor diésel y el de hidrógeno; partiendo de la base existente, con unas modificaciones relativamente sencillas se puede conseguir un motor de combustión de hidrógeno sin emisiones de dióxido de carbono (CO2). Las diferencias principales se encuentran por encima de la culata (fundamentalmente en la inyección), mientras que de la culata hacia abajo son motores casi idénticos. En la combustión del hidrógeno no se liberan hidrocarburos ni monóxido de carbono, y tampoco partículas. Sí se emiten óxidos de nitrógeno, aunque en cantidades muy bajas (y se pueden reducir todavía más con los sistemas AdBlue que ya se montan en todos los tractores modernos).
Las prestaciones siguen estando a la altura del motor diésel, permitiendo utilizarse en aplicaciones de alto factor de carga y alta utilización (jornadas muy largas con pocas interrupciones), pues ofrecen grandes autonomías y un tiempo de repostaje similar al diésel. Dicho de otra manera: no sacrifican la productividad del agricultor. Además, al no tener grandes cambios en el diseño, se pueden utilizar muchas de las piezas y componentes del motor diésel, y aprovechar la economía de escala para reducir costes en las reparaciones y mantenimientos posventa. Y por supuesto, el precio es muy inferior a la pila de combustible o las baterías.
El motor Cummins X15 en su versión de hidrógeno se utilizará en los Versatile 530, 580 y 620, que actualmente utilizan el Cummins X15 diésel. Hablamos de los tractores más grandes y potentes en la gama de Versatile, con un peso bruto de 19.000 kilos y potencias cercanas a los 700 caballos. En la versión más potente, el Versatile 620 entrega 675 CV (496 kW) de potencia máxima y 2.801 Nm de par motor. Tiene un depósito de combustible de 1.298 litros, lo que da buena cuenta de las necesidades energéticas de estos tractores -que, por otra parte, son altamente productivos-.
Cummins también pretende utilizar el hidrógeno en motores de 6,7 litros de cilindrada. El año pasado ya llevó pruebas con este motor y actualmente ya ha conseguido cifras prestacionales acorde a los objetivos del motor de producción: 290 caballos de potencia y 1.098 Nm de par motor. La compañía estadounidense seguirá desarrollando prototipos con esta tecnología y ha anunciado que para 2027 estará fabricándolos en serie.
Los motores Cummins se montan, entre otros vehículos, en camiones de Volvo, Peterbilt, International o Mack; en tractores de Case IH y John Deere; en maquinaria de construcción de JCB y Komatsu; y en múltiples aplicaciones como locomotoras, máquinas para minería, perforación petrolera, motores marinos y generadores eléctricos.