China sabe que Europa debe decidir de forma inminente sobre la continuidad, modificación o eliminación de las nuevas tasas de derecho de importación que nuestro continente lleva aplicando desde julio a sus coches eléctricos. Por eso está presionando a países decisivos en la votación, y con los que tiene los acuerdos comerciales más importantes, para que voten a su favor.
Unos impuestos que no han gustado nada al país asiático, y que se establecieron en un 17,4% para BYD, un 19,9% para Geely y un 37,6% para SAIC, como norma general. Aunque desde finales de agosto se acordó no gravar con un extra superior al 36,3%, que hay que sumar al 10% en todo caso, pues esa era la tasa habitual antes.
El período de prueba de los aranceles se termina
Cuando esta maniobra se puso en marcha para proteger a los fabricantes de vehículos europeos, se estableció una período 'de prueba', de manera que antes del mes de noviembre se decidiría entre los países miembros de la Unión Europa lo que se haría a partir de entonces.
Y la reunión parece que tiene fijado el día 25 de septiembre, momento en el que 15 estados miembros decidirán si estas tasas se mantienen, se modifican a la alta o a la baja, o se eliminan por completo.
En la votación claro está, participarán tanto Alemania como España, territorios con importantes intereses comerciales con China, y que podrían ser de los más afectados en caso de que el país asiático tome represalias con otras industrias.
En el caso del país germano, hablamos de una exportación a China de un buen volumen de coches, que todavía se venden bien en Asia, mientras que nuestro país envía una gran cantidad de productos asociados a la industria porcina.
Si China inicia una guerra comercial, tanto estos como otros negociados entre territorios de Europa y China se podrían ver gravemente afectados.
China ha avisado de sus intenciones
De hecho, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, se ha reunido recientemente con el vicecanciller de Economía de Alemania, Robert Habeck, para anunciarle que habrá una respuesta en caso de que los impuestos a los coches eléctricos no cesen.
Wentao asegura que esperarán hasta el último momento, pero que confía en que Alemania sepa resolver el asunto, dada su posición de especial importancia en Europa.
De igual manera, Pedro Sánchez también habría recibido una advertencia similar, en cuanto a España y sus relaciones comerciales con China se refiere, durante la visita del presidente español al país asiático.
De aquella reunión, Sánchez aclaró que sus intenciones son evitar una nueva guerra comercial, aunque el Gobierno español puntualizó que esta postura no tiene nada que ver con un desacuerdo interno entre los países miembros de la Unión Europa.
Por ver queda cómo se resuelve todo este asunto, y las posibles consecuencias que pueda tener en un futuro próximo.