La electrificación del sector de automóvil continua avanzado, y los fabricantes también piensan ya en su aplicación al mundo de la competición, algo que, por ejemplo, queda demostrado con este Skoda Enyaq Coupé RS salido de los hornos de Skoda Motorsport.
Este coche de carreras conceptual ha nacido utilizando la base del modelo de producción en serie, del que de hecho se mantienen cosas como el sistema de propulsión, que en el caso de la variante RS cuenta con dos motores 100% eléctricos que rinden 341 CV de potencia.
Preparado para competir
También se mantiene el paquete de baterías de 77 kWh de capacidad de automóvil original y, aunque el diseño se parece mucho a la base de la que parte, lo cierto es que el resto del coche está retocado para hacerlo lo más ligero posible.
El resultado de este trabajo se ha denominado Skoda Enyaq RS Race, y ya el kit de carrocería que incorpora es un claro aviso del rendimiento que podemos esperar de una unidad así. Especialmente por el trabajo a conciencia que se ha hecho en los pasos de ruedas, así como en la incorporación de apéndices aerodinámicos, especialmente el splitter delantero, el difusor trasero y el generoso alerón que integra en la zaga.
A lo largo y ancho del vehículo también encontramos piezas hechas a base de biocompuestos, que el fabricante asegura que tienen una resistencia y ligereza similar a la fibra de carbono, pero a su vez son más sostenibles.
Tanto es así, que Skoda Motorsport ha sido capaz de reducir el peso en 316 kilos, si lo comparamos con un Skoda Enyaq Coupé RS como el que puede adquirir cualquier cliente en un concesionario. De ese modo, acelera de 0 a 100 kilómetros/hora en menos de cinco segundos, casi dos segundos más rápido que antes de la preparación.
Claro está, hay que tener en cuenta que parte con ventaja, pues ya de por sí prescinde de elementos como los asientos traseros, pero no hay que quitarle mérito al resto del trabajo y, obviamente, tiene otros añadidos extra como los asientos tipo 'bucket', la jaula antivuelco y todo lo que requiere un vehículo que pueda homologarse para su uso en competición.
Además, hay un necesario cambio en la suspensión, que pasa por añadir amortiguadores y muelles de altas prestaciones, que ofrezcan una experiencia de conducción deportiva al nivel de una preparación como esta. Lo mismo que ocurre con el bloque de dirección o el sistema de frenos carbocerámicos de nueva factura, entre otros componentes.