Sí, todos sabemos que en algún momento de nuestras vidas acabaremos teniendo un coche eléctrico en nuestro garaje. Antes o después, ese momento llegará, pero, ahora mismo, la realidad indica que la transición está siendo más lenta de lo que debería. Las ayudas están ahí para incentivar la compra, pero aún así muchos conductores no pueden acceder al coche eléctrico por precio o, en ocasiones, excesiva lentitud a la hora de recibir las bonificaciones. Estados Unidos acaba de impulsar una medida que podría ser clave a la hora de expandir las ventas de vehículos eléctricos.
Todos conocemos el Plan MOVES III, promovido por el Gobierno de España. Según él, aquellos conductores que quieran lanzarse al mercado eléctrico tienen el respaldo del sistema con un importante descuento oficial, hasta 7.000 euros en el caso de los eléctricos y hasta 5.000 en el de los híbridos enchufables. Si bien esta ayuda ha sido fundamental para animar las ventas, los conductores tienen que enfrentarse a una compleja y lenta burocracia que, en muchos casos, acaba por desestimar la venta. El proceso necesita ser rápido y, sobre todo, directo para poder incidir realmente en las ventas.
Así es la nueva ayuda en Estados Unidos, simplificar el trámite es la clave
De media, el comprador de un coche eléctrico en España espera ocho meses para recibir la ayuda del Estado. Se han llegado a dar casos de dos años de espera. El problema está en que los conductores deben tributar por una ayuda que, en muchos casos, todavía no han recibido. La última medida ha sido incluir una bonificación de hasta el 15% en el IRPF. La industria lleva tiempo reclamando medidas más directas que no supongan tantos quebraderos de cabeza para los concesionarios ni para los clientes. Dicha propuesta es la que acaba de ejecutarse en Estados Unidos.
El Gobierno de Joe Biden acaba de aprobar las ayudas directas a la compra de coches eléctricos. Es decir, el cliente va a recibir el descuento en el propio concesionario a la hora de pagar el coche. No tendrá que esperar meses y meses para que se realice la devolución. Rápido, efectivo y, lo que es más importante, claro. El conductor sabe lo que va a pagar por su coche sin tener que hacer cuentas o cábalas de cuánta ayuda puede recibir. Los concesionarios y los fabricantes han recibido la medida con gran satisfacción. Se espera que las ventas se animen gracias a descuentos de hasta 7.500 dólares.
Obviamente, al igual que en España, el Gobierno americano pone condiciones para poder recibir la máxima prestación por la compra. No todos los coches pueden acogerse a las ayudas oficiales. Las berlinas deben costar menos de 55.000 dólares, mientras que las pick-up elevan la tarifa básica hasta los 80.000 dólares. Los coches usados también son seleccionables, pero sólo aquellos que no superen la barrera de los 25.000 dólares. También se tendrán en cuenta los ingresos familiares y el número de miembros del núcleo familiar.
La Ley IRA entró en vigor después de la pandemia con el fin de animar el mercado eléctrico. Desde el principio, ha estado en entredicho por ser excesivamente proteccionista con los fabricantes locales. Los coches eléctricos seleccionables deben tener al menos una capacidad de batería de 7 kWh y, lo que es más importante, su ensamblaje final debe producirse en Estados Unidos. Esto supone un pequeño gran varapalo para las marcas chinas que están siendo atacadas por las diferentes normativas que están entrando en vigor en todo el mundo. Europa también quiere sumarse a esa estrategia.