Jaguar Land Rover (JLR) se ha asociado con una joven empresa dedicada al almacenamiento de energía, Allye Energy, para crear un sistema estacionario de almacenamiento de energía a partir de pilas recicladas de sus híbridos enchufables y proporcionar energía cero emisiones en cualquier parte del mundo.
El reciclaje de baterías es una buena manera de aprovechar recursos, lo que también se conoce como economía circular. Y cuando hablamos de baterías de vehículos electrificados, tiene una importancia todavía mayor para reducir su huella medioambiental. Pero antes del reciclaje hay otro paso: la reutilización en otras aplicaciones, la denominada segunda vida.
En este caso, la batería portátil en cuestión se ha hecho a partir de las baterías de los Range Rover y Range Rover Sport híbridos enchufables, que disfrutarán de una segunda vida más allá del uso en vehículos. Cuando su estado de salud cae por debajo de los requisitos para un vehículo, lo que normalmente deja una capacidad residual del 70 al 80%, las baterías se retiran de los coches y se colocan en el bastidor del remolque donde va colocada.
Cada batería estacionaria puede almacenar en total 270 kWh de energía cuando está completamente llena. Es energía suficiente para alimentar a un hogar medio durante casi un mes. Puede servir para alimentar un hogar o un vehículo eléctrico o híbrido enchufable. De hecho, esta batería puede cargar hasta nueve Range Rover PHEV de manera simultánea. ¿Y cómo se recarga la propia batería estacionaria? Fácil: cuenta con múltipes entradas mediante conexiones Powerlock, que le permite conectarse a una fuente de energía eléctrica esté conectada a la red o no.
El MAX BESS, como se le ha denominado, se puede utilizar para reemplazar los generadores diésel para dar electricidad en sitios remotos, como respaldo o en eventos. Este ejemplo no es casualidad: los propios ingenieros de JLR están siendo los primeros en utilizar esta batería estacionaria para suministrar energía durante las pruebas del nuevo Range Rover eléctrico, cuyo lanzamiento está previsto para finales de este año.
El equipo de pruebas pasa por sitios muy remotos, especialmente para poner a punto las cualidades todoterreno, donde solo hay disponibles conexiones de baja potencia que solo permitirían una carga lenta. Con el BESS, pueden cargar de manera puntual mucho más rápido.
No obstante, esta batería también estará disponible comercialmente para su uso fuera de JLR. Es decir, planean comercializarla. La batería, pese a ser portátil, no es precisamente pequeña ni ligera. La parte positiva es que no llega a las 3,5 toneladas, por lo que se puede remolcar con total normalidad (con el vehículo adecuado, claro está). Cuando ya no sirvan como baterías estacionarias, JLR reciclará las materias primas para que puedan reutilizarse de nuevo.
Según las estimaciones de Jaguar Land Rover, se prevé que las cadenas de valor de las baterías crezcan un 30% anualmente entre 2022 y 2030, hasta alcanzar un valor de más de 400.000 millones de dólares. Se prevé también que las baterías de segunda vida para aplicaciones estacionarias superen los 200 GWh anuales para 2030, creando un valor global de más de 30.000 millones de dólares.