El Lotus Emeya ha completado el tramo final de su durísimo programa de pruebas de desarrollo, que le ha llevado por algunos de los entornos y climas más hostiles y extremos del mundo. En su cuaderno de bitácora aparece España, donde también se ha puesto a prueba antes de llegar al mercado.
El Emeya será el segundo modelo totalmente eléctrico de la marca británica y el primero en formato berlina. De hecho, es la primera berlina (da igual el tipo de propulsor) en la historia de la marca, que siempre se caracterizó por hacer coches pequeños y ligeros. Era una máxima de Colin Chapman: "Hazlo sencillo, luego añade ligereza".
Los tiempos cambian y el Emeya se irá hasta las 2,5 toneladas en la báscula. No es la única cifra escandalosa, pues esta radical berlina eléctrica lleva dos motores eléctricos que entregan 918 CV (675 kW) de potencia y 950 Nm de par motor, unos números bestiales que le permiten hacer el 0-100 km/h en 2,8 segundos.
Para poner a punto considerable mole con tal nivel de potencia, la puesta a punto del chasis será fundamental. Durante el programa de pruebas se ha pasado mucho tiempo en el Ártico, donde los ingenieros de Lotus han probado suspensiones, dirección, frenos, neumáticos y los controles electrónicos de tracción y estabilidad.
También se aprovecha para testear los asistentes a la conducción y cómo las cámaras reaccionan ante situaciones de baja visibilidad (como la nieve) para distinguir señales de tráfico y marcas viales.
Otro sistema fundamental y de vital importancia es la batería. A este componente le afecta el clima extremo, ya sea por exceso o por defecto. Durante el invierno, el Emeya estuvo en Finlandia, cerca del Círculo Polar Ártico, con temperaturas de -25 grados Celsius. Aún así, los ingenieros utilizaron máquinas de frío para meter el coche y testar su batería a -40 grados Celsius.
En el extremo opuesto, el Emeya también ha soportado temperaturas de 40 grados centígrados en varios puntos del planeta, incluido España. En total, ha pasado por 15 países en dos continentes durante los últimos tres años, desde las B Roads de Reino Unido hasta las Autobahn alemanas, pasando por Nürburgring Nordschleife, los Alpes o el inhóspito interior de la Mongolia profunda.
Una anécdota curiosa del desarrollo del Emeya es que en él ha participado Gavan Kershaw, director de Atributos e Integridad del Producto de Lotus, que ha estado involucrado en el desarrollo de los coches de Lotus desde que se unió a la empresa en 1988 cuando tenía sólo 16 años. Aunque el Emeya pesa el doble que cualquier Lotus moderno, "tiene muchos elementos del ADN de Lotus", según Kershaw. "Un Lotus debe ser atractivo, pero también seguro y predecible".
