No cabe duda de que la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en agosto del año pasado por parte de la Administración Biden está dando frutos muy jugosos. La prueba se puede cuantificar: los fabricantes de vehículos eléctricos y de baterías están invirtiendo enorme sumas de dinero en Estados Unidos, como se desprende de un reciente informe.
Mientras le han interesado las bondades de la globalización, Estados Unidos se ha preocupado de establecer los lazos suficientes para sacar partido de su poderosa posición a nivel mundial. Con un tablero geopolítico cambiante en los tiempos actuales y con una guerra económica con China por medio, Estados Unidos está llevando a cabo políticas proteccionistas.
En lo que a vehículos eléctricos, baterías y energías limpias se refiere, la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación en agosto de 2022 ha servido como catalizador para atraer inversiones y empleos. Lo ha hecho, además, de manera rápida -apenas un año- y muy cuantiosa. El gran perdedor en esta situación es la Unión Europea, que debe mover ficha para no ceder más terreno.
Según un informe publicado recientemente por el Fondo de Defensa Ambiental (EDF) y la firma de ingeniería WSP USA, en un solo año desde la aprobación de la IRA, los fabricantes automovilísticos y de baterías han anunciado inversiones por valor de 92.300 millones de dólares para la construcción de fábricas de vehículos eléctricos y/o baterías. Son casi 20.000 millones de dólares más que en los siete años anteriores juntos.
También se ha anunciado la creación de 84.800 puestos de trabajo directos relacionados con la industria del vehículo eléctrico. Algunos de estos nuevos empleos se crearán en fábricas que ya existen y se modernizarán para producir vehículos eléctricos y otros irán destinados a instalaciones de nueva construcción. Recordemos que son los datos anunciados solamente en el último año.
El informe de EDF también señala el importante crecimiento en la capacidad productiva de Estados Unidos en los últimos seis meses, una capacidad que no dejará de crecer en los próximos años. Para 2026, se prevé que Estados Unidos fabrique alrededor de 4,7 millones de turismos eléctricos al año, cifra que representa el 36% de todos los vehículos vendidos nuevos el año pasado en el país norteamericano. En 2022 se fabricaron poco más de 640.000 coches eléctricos, la gran mayoría de ellos de la marca Tesla.
Para 2027, las fábricas estadounidenses producirán baterías suficientes para 12,2 millones de vehículos eléctricos de pasajeros cada año. Para poder acogerse a los créditos federales y otros incentivos, la Ley de Reducción de la Inflación obligaba a los fabricantes a producir sus baterías localmente. Estados Unidos quiere tener mayor control sobre la cadena de producción de un producto, las baterías, que comprende la utilización de minerales críticos de alto valor y exige actualmente una fuerte dependencia de terceros países.
Un dato curioso es que solamente 10 estados aglutinan el 88% de las inversiones. De mayor a menor inversión, los estados más favorecidos son los siguientes: Georgia, Michigan, Tennessee, Carolina del Sur, Nevada, Kentucky, Carolina del Norte, Ohio, Arizona e Indiana. Los tres primeros destacan muy por encima del resto.
Georgia tiene previstas una inversiones en vehículos eléctricos de 31.500 millones de dólares y 33.600 puestos de trabajo. Michigan (cuya capital es Detroit, sede de Ford y General Motors) recibirá en los próximos años 18.900 millones de dólares de inversión y se crearán 19.700 empleos. Tennessee cuenta con 18.400 millones de dólares en inversiones y 20.500 empleos.
Puedes consultar el informe completo aquí.
