El mercado de los coches eléctricos está dominado por modelos tipo SUV que no están diseñados para salir del asfalto. Sin embargo, esto no significa que no existan opciones 4x4 reales, aunque la mayoría de la oferta monta motores de combustión. Estos vehículos mantienen arquitecturas que requieren diferenciales ubicados entre los ejes y entre cada par de ruedas, utilizados para bloquear y distribuir la tracción de forma independiente a cada rueda.
Estas configuraciones, combinadas con ayudas electrónicas como el control de tracción y el control automático de descenso, permiten a estos 4x4 tradicionales superar prácticamente cualquier obstáculo, por muy desafiante que sea. Además, aspectos como los ángulos de entrada, salida, ventral y la altura al suelo juegan un papel crucial en estas aplicaciones. Fabricantes como Rivian han revolucionado esta tecnología con plataformas eléctricas que no requieren tanta complejidad mecánica.
Mejorando lo que ya era excelente
En el caso de los americanos, destaca la capacidad de sus modelos para albergar hasta cuatro motores eléctricos, cada uno encargado de controlar una rueda. Esta disposición permite gestionar cada motor de manera independiente, aprovechando el par instantáneo característico de esta tecnología de propulsión. Entre las ventajas de esta configuración está la eliminación de los diferenciales, que son sustituidos por el software de control de los motores.
Hace unos días, Rivian reveló los detalles de la actualización de la plataforma R1 BEV, anunciando mejoras significativas en potencia, rendimiento y autonomía.
Una de las novedades más destacadas es el uso de motores fabricados internamente en configuraciones de tres y cuatro propulsores por coche, una evolución respecto a las versiones anteriores que dependían de unidades suministradas por Bosch. Hasta ahora, solo las variantes de doble motor de los modelos R1T y R1S utilizaban las unidades de propulsión internas de Rivian.
Los paquetes de baterías han sido renovados con módulos rediseñados y un empaquetado más eficiente. Estas dos mejoras no solo facilitan la fabricación y el mantenimiento, sino que también proporcionan una autonomía estimada de hasta 675 km.
Para aquellos que buscan un vehículo más asequible, Rivian ofrece una nueva opción de química de baterías de litio ferrofosfato (LFP), con una autonomía estimada según el ciclo de homologación EPA americano de 435 km.
Para mejorar aún más la eficiencia, la nueva plataforma introduce un sistema térmico rediseñado basado en bomba de calor. Este sistema no solo mejora el confort dentro del habitáculo, sino que también está diseñado para maximizar la eficiencia energética.
Además, la arquitectura eléctrica y el software han sido completamente renovados. Según Rivian, esto implica la reducción de las 17 unidades de control electrónico (ECU) presentes en los vehículos de primera generación a solo siete. Este cambio no solo maximiza la eficiencia del vehículo, sino que también permite eliminar aproximadamente 2,6 km de cableado en cada vehículo, lo que se traduce en un menor peso.