A finales del año pasado, durante la celebración del aniversario de su salida a la Bolsa de Fráncfort, Porsche confirmaba sus objetivos en cuanto a ventas de coches eléctricos: para el año 2030, al menos el 80% de los vehículos entregados a sus clientes serían eléctricos. El fabricante señalaba que comenzaría a electrificar su gama "gradualmente" a partir de 2024, con el Macan eléctrico llegando al mercado este año y el 718 puramente a mediados de la década.
En el primer semestre de 2023, Porsche había a experimentado una mejora "significativa" en ingresos por ventas, entregas y beneficio operativo. En este escenario, la confirmaba sus previsiones para los siguientes ejercicios. Aseguraba que, a menos que la economía o el suministro sufrieran un deterioro significativo, esperaba un beneficio operativo de entre el 17% y el 19%, basándose en una proyección de ingresos por ventas entre 40.000 y 42.000 millones de euros.
El jarro de agua fría de 2024
A pesar de que el pasado mes de marzo, el consejero delegado de la marca, Oliver Blume confirmaba que la empresa "se mantendría fiel a sus objetivos", Porsche está comenzando a modificar gradualmente sus objetivos de ventas de vehículos eléctricos debido a una disminución en la demanda de los consumidores y a la crisis del mercado automovilístico en China, afectada por la desaceleración del consumo doméstico.
El fabricante de automóviles de lujo, parte del grupo Volkswagen, ha decidido no continuar con su meta: "nuestra estrategia de productos está diseñada de tal manera que podríamos entregar más del 80% de nuestros vehículos totalmente eléctricos en 2030, dependiendo de la demanda de los clientes y del desarrollo de la electromovilidad", asegura en un comunicado mencionado por la agencia Reuters. "La transición a los coches eléctricos está tardando más de lo que pensábamos hace cinco años", declaró Porsche, aclarando que las ventas dependerán de la demanda y la evolución del mercado global de vehículos eléctricos.
La presión de los accionistas
Esta decisión de Porsche llega mes y medio después de que, a principios de junio, los accionistas solicitaran al consejo de administración y a la dirección de la marca que reconsideraran las inversiones en electrificación de ventas en los próximos años, debido a la desaceleración global del mercado, la creciente competencia de China y la baja rentabilidad de esta división para la empresa.
En el último año, las acciones de Porsche han caído más del 35% en valor, mientras que las de competidores como Ferrari han aumentado casi un 40%.
Renovación de la gama
A pesar de estos desafíos, Porsche continúa con la renovación de la gama de sus vehículos clásicos, transformando los motores de combustión en propulsión totalmente eléctrica. La semana pasada, Porsche anunció que duplicaba la gama de su primer SUV completamente eléctrico, el Macan, con tracción trasera y una autonomía combinada de hasta 641 kilómetros
El Macan 4S, con hasta 516 caballos, también se unirá a esta oferta. Estos modelos se entregarán durante la segunda mitad del año, con precios desde 82.310 euros y 92.509 euros respectivamente.
