Los fabricantes están inmersos en una carrera que podría no tener fin. La implementación de baterías cada vez más grandes, con mayor capacidad, es la manera fácil de alcanzar grandes autonomías que permitan a los vehículos eléctricos llegar más lejos. Es una condición imprescindible para que se conviertan en el único vehículo de una familia.
El efecto de esta estrategia son coches eléctricos caros, pesados y poco eficientes. Por eso, la investigación y desarrollo de los fabricantes se dirige ahora hacia otro objetivo: la eficiencia basada en trabajar sobre la aerodinámica, aligerar pesos y reducir los tiempos de recarga.
Últimamente, Ford ha estado haciendo una serie de anuncios sobre su futuro eléctrico intentando diferenciar su producto de lo que ofrece la competencia. Muestra una nueva imagen mucho más tecnológica que trata de cubrir algunos de los segmentos en los que por ahora la oferta es escasa. Si bien los vehículos de combustión seguirán siendo un elemento importante en los planes de la compañía, los de Michigan están apostando fuerte por la nueva división eléctrica Model e, que tiene, entre sus principales objetivos ,conquistar el mercado europeo.
Tras el lanzamiento del nuevo Explorer eléctrico, su próxima gran apuesta para el Viejo Continente es un SUV eléctrico de tres filas y siete plazas que cubra un mercado en el que hoy tiene poca o nula competencia más allá de Tesla. Jim Farley, CEO de la compañía, ha prometido que, a pesar de su tamaño, este SUV eléctrico será muy rápido, tanto, que lo denominó un “tren bala personal”.
El nuevo director general de Vehículos Eléctricos y Sistemas Digitales de Ford, Doug Field, ha explicado algunas de las innovaciones que aportará este nuevo modelo que, a pesar de su tamaño, será uno de los más eficientes del mercado.
La primera de las características sobre la que ha trabajado Ford es la optimización de la aerodinámica. Una zaga con aspecto deportivo, prácticamente alcanzando el formato cupé, colabora para evitar la formación de perturbaciones en el flujo del aire, lo que ayuda a reducir las pérdidas energéticas. Además, la masa del automóvil se ha rebajado para compensar el extra de peso de las baterías. También montan neumáticos de muy baja resistencia a la rodadura.
El resultado será un SUV con un alcance promedio, que incluye recorridos urbanos y de carretera, de 563 km (350 millas). Podrá circular a 113 km/h (70 mph) durante 483 km (300 millas). Estará diseñado pensando en los viajes familiares. Para evitar que la recarga los convierta en interminables, será capaz de recuperar 240 km de autonomía en menos de 10 minutos. Además, gracias a toda esta optimización, la batería será un tercio más pequeña de lo que normalmente se instalaría para lograr estas cifras: su capacidad será de 100 kWh.
El nuevo SUV se construirá sobre la nueva plataforma que también servirá de base para una nueva pick-up eléctrica de la que, por ahora, tan solo se conoce su código interno, T3. Según Farley, esta camioneta es un “Millennium Falcon con un porche trasero” y es parte de una estrategia que llevará a Ford competir únicamente en los segmentos en los que puede ganar.
Field también explicó por qué la compañía renunció a convertir el Ford Expedition, su actual SUV de 7 plazas, en eléctrico: “no sería ni un buen SUV ni un buen Expedition”. Está previsto que este nuevo SUV llegue al mercado en 2025, como parte de los planes de Ford de vender dos millones de vehículos eléctricos cada año a finales de 2026.
