El segmento de los SUV compactos es el más competido de toda Europa. Por eso mismo, un posicionamiento no del todo acertado dentro de este segmento puede hacer que el devenir comercial de un modelo cambie radicalmente con sólo unos ajustes.
Este puede ser el caso del Honda ZR-V, un modelo que fue anunciado en un principio con un precio de partida de casi 45.000 euros, lo que lo situaba unos 10.000 euros por encima de las versiones más accesibles de la categoría.
Aunque el ZR-V tenga como objetivo los Toyota Corolla Cross o Nissan Qashqai, lo cierto es que tiene unas cotas mucho más pronunciadas, pues mientras estos dos superan por poco la cota de los 4,4 metros, el modelo de Honda se va hasta los 4,57 metros. El maletero, aunque más pequeño que el de sus rivales, ofrece 390 litros, suficiente para la mayor parte de las necesidades de una familia de cuatro miembros.
El modelo tenía excusas para defender este precio, como una fiabilidad muy superior a la de sus competidores o una calidad de construcción interior mejor que las de los modelos más vendidos. Sin embargo, el fabricante japonés ha visto conveniente reajustar su tarifa de partida para hacerlo más competitivo.
El precio de acceso se sitúa ahora en los 43.350 euros gracias a la llegada de la versión Elegance a principios de año. Esto son 2.600 euros menos que antes. Además, la marca también tiene activa una campaña promocional en la que si se financia la compra a un mínimo de 24 meses, el precio se reduce en otros 3.600 euros. La cuantía final con ambos descuentos quedaría por debajo de los 40.000 euros, en los 39.550 euros, concretamente. Con ello, el modelo está ahora mucho más cerca de sus rivales, a los que sigue superando en los mencionados aspectos de calidad interior y fiabilidad.
Su interior es sobrio, no tan llamativo como el de un Kia Sportage o un Renault Austral. Por contra, está bien ordenado y su construcción y materiales despiden una calidad percibida superior a la media del segmento. De hecho, aunque no lo parezca por diseño, modelos similares de Audi y Mercedes no tienen una calidad claramente mejor que la del interior del ZR-V, especialmente si se analizan sus salpicaderos.
También se trata de un coche que aunque no lo parezca por su carrocería, tiene un buen comportamiento dinámico. Tras probarlo (en este enlace se puede leer la prueba al completo), podemos decir que mo es deportivo, ni pretende serlo, pero su suspensión está bien trabajada y ofrece la comodidad típica de un SUV sin tener por ello que renunciar a cierta agilidad.
Mecánicamente el ZR-V hereda el sistema híbrido del Honda Civic. Está compuesto por un motor de 2 litros de cilindrada que por su cuenta aporta 141 CV al conjunto. El propulsor eléctrico, por su parte, puede rendir hasta 184 CV, que es precisamente el dato que logran de manera conjunta entre los dos motores. La parte eléctrica del sistema se apoya sobre una batería de 1,05 kWh.
El consumo homologado está en los 5,4 litros, completamente alcanzable en circunstancias de uso real sin demasiado esfuerzo. Sin embargo, podrá llegar a bajar de 5 litros si se conduce de manera eficiente cuando las variables sean favorables.