Poco a poco, sin hacer demasiado ruido, Mazda se ha convertido en una de las marcas a considerar para quienes buscan un coche de alta calidad, destacado diseño y precio no tan elevado como el de las firmas típicas prémium. Esto es especialmente evidente en el apartado de los SUV, donde gracias a los CX-30 y CX-5 la marca disfruta de un gran éxito, aunque el último de estos dos modelos se encuentra ya afrontando la recta final de su ciclo comercial.
Es por esto que se empieza ya a pensar en el relevo que recibirá, para el que se da por hecho que contará con una mecánica híbrida procedente de Toyota. Si esto antes no eran más que rumores, ahora, en parte, se ha confirmado, ya que uno de los modelos más importantes a nivel global de la marca, el Mazda CX-50, ha incorporado a su oferta mecánica una opción propulsada por exactamente el mismo sistema híbrido que el Toyota RAV4.
Se trata del esquema de propulsión híbrido que mejores resultados brinda a Toyota a nivel global, especialmente en lo relativo a fiabilidad. Está compuesto por un motor de gasolina, atmosférico y 2,5 litros de cilindrada que funciona en ciclo Atkinson y es asistido por uno o dos motores eléctricos, dependiendo de si es tracción total o no, para lograr una potencia de 218 CV.
Que Mazda recurrirá a su cercanía con Toyota para usar uno de sus motores parece cada vez más claro, lo que ya no es tan evidente es cómo piensa la marca dar reemplazo al que es uno de los modelos más fructíferos que ha tenido a nivel global en toda su andadura como fabricante de automóviles.
Existe la posibilidad de ver cómo la marca da relevo al actual CX-5 con el mismísimo CX-50, lo que acabaría de redondear el juego de nomenclaturas con el que la firma viene actuando estos últimos años, posicionándose por encima del CX-30 y justo por debajo del CX-60.
No obstante, el CX-50 tiene unas dimensiones muy cercanas al CX-60, ya que el primero tiene una longitud exterior de 4,7 metros por los 4,74 del segundo. Esto, en un mercado con tan poco volumen de ventas a repartir entre todos los fabricantes como es el europeo, dificulta que esta opción sea finalmente la elegida por la marca.
El actual CX-5 fue lanzado en 2017 y este, a su vez, fue en realidad una profunda renovación del modelo que se vendía por entonces más que un lanzamiento completamente nuevo.
Sobre la mesa está la opción para el fabricante japonés de imprimir, de nuevo, un fuerte lavado de cara al actual CX-5 y aprovechar para adaptar su plataforma y hacerla apta para el sistema híbrido de Toyota.
Por otro lado, también puede acabar llegando el CX-50, recibiendo antes algunos cambios para alejarlo en cuanto a forma y concepto del CX-60. En realidad, se trata de un SUV con enfoque más lúdico y campero que el que ya se comercializa en España.
Sea como fuere, parece que no será hasta el próximo 2025 cuando Mazda arroje luz sobre este tema, ya que, recordemos, el CX-5 recibió el pasado 2022 un lavado de cara para mantenerse al día durante la última parte de su vida como producto.