Con un movimiento que no va a tener una repercusión claramente positiva en el mercado a corto ni medio plazo, los nuevos aranceles impuestos a los coches eléctricos provenientes de China harán que el margen de beneficios de estos fabricantes descienda y en algunos casos, probablemente, que el precio de venta se eleve de manera significativa para los consumidores.
Los grandes perjudicados por estas medidas, de momento, son Geely, SAIC y BYD, pero quien verá mermadas sus posibilidades por encima de todos será el consumidor europeo, que antes se beneficiaba de la presión extra que ejercían los fabricanetes chinos sobre los europeos en el campo de los precios.
La Unión Europea ha establecido aranceles del 17,4 por ciento para BYD, del 20 por ciento para Geely, que actúa en Europa bajo las marcas Volvo, Lynk&Co y en breves también Zeekr, y del 38,1 por ciento para SAIC, quien comercializa sus coches en Europa mayormente a través de MG.
Aún con lo anterior, y tal y como ha apuntado recientemente Rothium Group en el último de sus informes, titulado en inglés "Ain't no duty high enough", que se traduce, literalmente, como "No hay arancel suficientemente alto", esta subida en los impuestos a los fabricantes chinos no impedirá que sigan obteniendo unos significativos beneficios.
"Nuestro análisis de otros modelos vendidos en China y Alemania indica que, incluso después de un arancel del 30 %, muchos modelos chinos de coches eléctricos seguirían disfrutando de una fuerte prima de beneficios en la Unión Europea", cita Rhodium en el informe.
Para explicarlo, la empresa analista toma como ejemplo uno de los coches que más repercusión se espera que tenga en el mercado europeo a medio plazo: el BYD Seal U. Actualmente el SUV eléctrico de la marca tiene en España un precio de partida de 41.800 euros. A cambio de este desembolso el comprador europeo obtiene un SUV eléctrico del segmento D a precio, realmente, de B-SUV eléctrico, pues está más cerca por precio de un Peugeot e-2008 que de un e-3008 o un Volkswagen ID.4.
Actualmente BYD obtiente por cada Seal U eléctrico que comercializa en Europa algo menos de 14.000 euros, después de afrontar este incremento en los aranceles seguirá ingresando más de 4.500 euros por cada unidad de su SUV que pise las calles.
De hecho, apunta que para que los fabricantes chinos realmente no vieran el sentido de comercializar aquí sus coches, los aranceles deberían subir hasta el entorno del 50 %. Aun así, incluso si los aranceles se establecieran a un nivel lo suficientemente alto como para liquidar al completo los beneficios por cada coche vendido en Europa, BYD y el resto de fabricantes podrían decidir seguir exportando a Europa ya que tiene sentido si se tiene en cuenta la desaceleración de la demanda en nuestro mercado y que la situación en China es mucho más incómoda dada la competitiva que allí hay.
Por esto, señala el informe, no se puede descartar la posibilidad de que los fabricantes chinos de vehículos eléctricos estén dispuestos a renunciar a los beneficios a corto plazo y perder dinero con cada coche vendido en Europa con tal de ganar cuota de mercado. A largo plazo, no obstante, la estrategia tendrá que pasar irremediablemente por establecera aquí las fábricas, tal y como ya estudia la propia BYD.